9.10.18
Filipenses 2:14-16 "Hagan todo sin murmuraciones ni contiendas, para que sean irreprensibles y sencillos, hijos de Dios sin mancha en medio de una generación maligna y perversa, en medio de la cual resplandezcan como luminares en el mundo; asidos de la palabra de vida, para que en el día de Cristo yo pueda gloriarme de que no he corrido en vano, ni en vano he trabajado".
Pablo desafía a los creyentes a ser puros y sin mancha, a resplandecer como luminares en el mundo, y a presentar a todos la buena noticia del evangelio.
¿Cómo podemos brillar como las estrellas? A menudo, nos sentimos incapaces y nos parece imposible que nuestra «luz» brille lo suficiente como para marcar una diferencia. Pero las estrellas no tratan de ser estrellas. Simplemente, lo son.
La luz cambia al mundo y a nosotros. Dios es quien puso luz física en nuestro mundo (Génesis 1:3); y a través de Jesús, trae luz espiritual a nuestra vida (Juan 1:1-4).
Los que tenemos la luz de Dios debemos brillar de tal manera que los demás la vean, y sean atraídos a su fuente.
Sin esforzarnos, nuestra luz hace una diferencia por lo que simplemente es: ¡luz! Al brillar «asidos de la palabra de vida» en un mundo sumido en la oscuridad, guiamos a otros a la fuente de nuestra esperanza: Jesús.
Pidamos al Señor que nos ayude a brillar con su luz. Con esa luz que solamente nos puede traer Jesús!
Y que Dios verdaderamente nos bendiga!
Wilda M.V.
(Referencia: Nuestro pan diario
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