jueves, 25 de octubre de 2018

"Tu palabra sabia de hoy" 

25.10.18

Isaias 53:3-6 "Despreciado y desechado entre los hombres, varón de dolores, experimentado en quebranto; y como que escondimos de él el rostro, fue menospreciado, y no lo estimamos. Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido. Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados. ... Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros".

Cuando una espina te pincha un dedo sale sangre, retraes la mano, gritas, te quejas... Tanto el dolor como la sangre demandan tu atención. Ese hecho puede llevarte a pensar en el Salvador. 

Los soldados forzaron a Jesús a llevar una corona de espinas (Jn. 19:2). Si una sola espina duele ¿cuánto más una corona entera? Y eso fue solo una pequeña porción del dolor físico que sufrió Jesús. 

Un látigo azotó su espalda; clavos perforaron sus muñecas y tobillos; una espada traspasó su costado. Pero Jesús también soportó dolor espiritual. Fue herido por tus rebeliones, molido por tus pecados; el castigo de tu paz fue sobre él.

Esa paz de la que habla Isaías, es otra manera de referirse a perdón. Jesús dejó que lo traspasaran con lanza, clavos y corona de espinas,  para traerte paz espiritual para con Dios. 

Su disposición a morir por ti, abrió el camino para relacionarte con el Padre. Demos gracias al Padre, porque Su Hijo murió para darnos de su perdón y de su paz!

Feliz día, Dios te de su paz y te bendiga!

Wilda M.V.
(Referencia: Nuestro pan diario)

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