16.09.2018
Hechos
2:14-18 “Entonces Pedro, poniéndose en
pie con los once, alzó la voz diciendo: Varones judíos, y todos los que habitan
en Jerusalén, esto les sea notorio, y oigan mis palabras. Porque éstos no están
ebrios, como suponen,… esto es lo dicho por el profeta Joel: Y en
los postreros días, dice Dios, derramaré de mi Espíritu sobre toda carne, y
sus hijos e hijas profetizarán; sus jóvenes verán visiones, y sus ancianos
soñarán sueños; y, de cierto, sobre mis siervos y siervas en aquellos días
derramaré de mi Espíritu, y profetizarán”.
Qué triste es ver a aquellos
que intentan salvar su vida espiritual por sus propios medios. Lo que
procede es pedir, buscar y llamar a Jesús. En Mateo 7:8 dice que todo aquel
que pide, recibe; el que busca, halla; y al que llama, se le
abrirá. Jesús está
comprometido a responder para protegerte y rescatarte!
En
Hechos, Pedro predicó un sermón sobre el error de tratar de salvarse
uno mismo. Pedro explicó el cumplimiento de una antigua profecía (Joel 2:28-32)
sobre el derramamiento del Espíritu Santo y el día de salvación. Luego continuó
diciendo que esa misma salvación está a disposición de todos (vs.21).
El acceso a Dios no es solo por obedecer la ley, sino por poner tu fe
en Jesús como Salvador.
Si
estás atrapado en pecados, no podrás salvarte con tus esfuerzos. Y
pecado es todo aquello que va contrario a las leyes de Dios... Es transgresión
de Su Ley. Y la única esperanza de ser rescatado y salvado, es
invocando y confiando en Jesús, quien murió en la cruz ocupando tu lugar.
Al clamar a Jesús por ayuda: eres rescatado, salvado, sellado y llenado de su
Espíritu!
Feliz y bendecido domingo!
Wilda M.V. (Referencia: Nuestro Pan Diario)
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