27.9.18
Santiago 4: 8-11 “Acércate a Dios, y él se acercará a ti. Pecador, limpia las manos; y los de doble ánimo, purifiquen sus corazones. Aflíjanse, laméntense y lloren. Tu risa se convierta en lloro, y tu gozo en
tristeza. Humíllense delante del Señor,
y él los exaltará. Hermanos, no murmuren
los unos de los otros. El que murmura
del hermano y juzga a su hermano, murmura de la ley y juzga a la ley; pero si tú juzgas a la ley, no eres hacedor de
la ley, sino juez”.
Acercarte a Dios es desear, primeramente, vivir por
el reino de Dios y su justicia; y saber que todas tus necesidades, Él te las suplirá
como añadiduras (Mt.6:33). Es entender que es sumamente necesario dedicar
más de ti al Señor, y entonces podrás ver cómo Él derramará su gloria sobre
ti.
Dios
anhela hacer por ti, mucho más de lo que pides o entiendes (Efe.3:20). Y por eso te quiere como pueblo con apetito voraz por Él
y sus asuntos. Dios desea llenarte con su presencia, mucho más allá de
cualquier cosa que hayas experimentado en la vida. Para eso, es necesario amarle, honrarle y
adorarle, no solo de labios, ni de oídos, sino de corazón!
Recuerda que Jesús dijo, que había venido para
que tuvieras vida en abundancia” (Jn.10:10). La manifestación de la gloria de Dios en tu
vida, será mucho más abundante que esos pequeños momentos que hayas tenido
hasta ahora.
Cuán importante es, para estos tiempos, que estés
firme, constante, y creciendo en la obra del Señor siempre (1Cor.15:58). Ese
esfuerzo nunca será en vano; por el contrario, será bien recompensado!
Feliz
y bendecido jueves!
Wilda M.V.
(Referencia: WorldChallengeOrg)
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