Ezequiel 20: 4,7,8 “¿Quieres tú juzgarlos? ¿Los quieres juzgar tú, hijo de hombre? Hazles conocer las abominaciones de sus padres... Cada uno eche de sí las abominaciones de delante de sus ojos, y no se contamine con los ídolos de Egipto. Yo soy Jehová su Dios. Mas ellos se rebelaron contra mí, y no quisieron obedecerme; no echó de sí cada uno las abominaciones de delante de sus ojos, ni dejaron los ídolos de Egipto; y dije que derramaría mi ira sobre ellos, para cumplir mi enojo en ellos..."
No haya dudas de que Dios se toma la delicadeza en hablarnos, y que todo lo tiene bajo control. Aun cuando creamos estar solos o abandonados, Él no deja de ocuparse de nuestros asuntos.
Lo redactado a continuación puede ser un testimonio mío, tuyo o de cualquiera que sirve y cree en Dios Todopoderoso. En especial de quien sabe que tiene un alma y un corazón rendidos a Jesucristo, pero que pasa por momentos de angustia, por maltrato e irrespeto, por parte de los demás. Momento donde se demuda rostro y corazón… Incluso, lágrimas pudieran rodar por las mejillas…Un momento de gran impotencia.
Es cuando sientes deseos de hacer justicia con tus manos... Pero Dios esta ahí para decirte: “¿Quieres tú juzgarlos? ¿Los quieres juzgar tú, hijo de hombre?” (vs.4). Y no te queda otra respuesta que decir: No, Señor, júzgalos tú, y líbrame de tomar la justicia en mis manos. ¡Tuya es la justicia, tú pagarás, Señor!
Sientes desconcierto, te llegan pensamientos de que tú estás mal, de que deberías ser más tolerante o diluir un poco tu manera de pensar... Pero ahí está Dios para decirte: “Yo soy Jehová tu Dios; anda en mis estatutos, guarda mis preceptos, y ponlos por obra (vs.19). Ahi entiendes que el Padre te dice: ¡No te contamines! ¡Mantén tu mirada hacía mí!
Cada uno eche de sí las abominaciones de delante de sus ojos (vs.7). Es necesario abandonar toda acción pecaminosa. Dios recuerda que: Cada quien recibirá su recompensa. Y ay de aquel que no abandona sus abominaciones y pecados!
El pueblo de Dios es responsable de llevar a conocer al pecador su pecado; y eso no es juzgarlo, es hacerles ver lo que en sus ojos está, pero no ven. Satanás los tiene vendados, para que la irá postrera caiga sobre ellos, y él luego reírse.
Dios me ha recordado y confrontado con 4 grandes verdades:
No juzgues.
Pero hazles entender su pecado.
No te contamines.
Es la ira de Dios que les caerá.
Medita... Todo eso pudiera, también, aplicarse para ti... Dios tiene TODO bajo control!
Feliz y bendecido sábado!
Wilda M.V.
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