viernes, 29 de junio de 2018

”Tu palabra sabia de hoy”



1 Corintios 13.4-7 ”El amor es paciente, bondadoso; no es envidioso, jactancioso ni orgulloso. No se comporta con rudeza, no es egoísta, no se enoja fácilmente, no guarda rencor. El amor no se deleita en maldad, sino que se regocija con la verdad. Todo lo disculpa, lo cree, lo espera, lo soporta” (NVI).

Con frecuencia escuchamos que nos aman, o decimos amar a otros… ¿Será cierto ese amor? ¿Será cierto que sabemos amar? Meditemos en estos versículos del apóstol Pablo.

Miraremos algunos elementos, y al final, saque usted sus conclusiones; y, de ser necesario, hacer los arreglos pertinentes.  Ahora bien, Jesucristo juega un papel primordial, a la hora de hacer arreglos. Tenga eso bien presente.

Algunos efectos cuando realmente amamos (también una breve descripción de ellos):

1. Paciencia:  Capacidad de tolerar, sobrellevar o soportar una situación sin experimentar ansiedad, ni perder la calma. Es aprender a esperar sin alterarse.

2. Bondad: Cualidad de bueno, útil y agradable. El bondadoso se inclina a hacer el bien. Está dispuesto a ayudar, es compasivo, de actitud amable y generoso. 

Por el contrario, quien carece de bondad es mezquino, egoísta, desconfiado, rencoroso, insensible…

3. Verdad: El término procede del latín “veritas” y está asociado con lo que se dice, piensa o siente.  La verdad es el camino real a la libertad (Jn. 8:32). No puede ser separada de Dios; ya que Jesús es el camino, la verdad, y la vida (Jn. 14.6). De no practicar la verdad, eres esclavo de mentiras.

En estos versículos, también se refleja sentimientos que NO deben existir: Envidia, jactancia, ofensas, orgullo, rudeza, egoísmo, enojo, rencor, maldad…

Si verdaderamente amamos: Protegemos, sabemos disculparnos (es fácil perdonar). Creemos en el ser que amamos (hay confianza), y no vivimos bajo  sospechas. Todo lo esperamos (sabemos ser fuertes y firmes en medio de las pruebas). Sabemos soportar cosas, aunque no las entendamos.

El amor que decimos sentir, no puede ser abstracto ni genérico,  debe ser real y activo; o no es amor.  El verso 1 dice: “Si hablase lenguas humanas y angélicas, sin amor, es ser como metal que resuena, o címbalo que retiñe”.

Meditemos sobre el tipo de amor mostrado. ¡Pidámosle a Dios un nuevo y eficaz amor en nuestros corazones!

¡Y que Dios nos bendiga!

Wilda M.V.

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