Juan 8:29-31 "Porque el que me envió, conmigo está; no me ha dejado solo el Padre, porque *yo hago siempre lo que le agrada*. Hablando él estas cosas, muchos creyeron en él. Dijo entonces Jesús a los judíos que habían creído en él: Si permanecen en mi palabra, serán verdaderamente mis discípulos".
Todo lo que hizo Jesús, fue para complacer al Padre celestial.
Muy importante es entender el motivo por el cual brota tu obediencia. Si tu corazón no es puro, todo lo contaminarás.
Cuando un padre tiene que corregir a su hijo, puede ponerse tenso, y luego el padre emite un ultimátum: o cambias tu comportamiento o buscas otro lugar para vivir.
-El hijo puede responder de dos maneras: 1. Se somete a la corrección y cambia su comportamiento; o 2: cambia de mala gana, solo para evitar el castigo.
La obediencia "medalaganaria" no es satisfactoria. Esa proviene del temor a la ira del padre. No hay placer ni amor en ese acto.
Una triste realidad hoy, es que muchos cristianos obedecen a Dios solo porque tienen miedo de ir al infierno. Temen a la ira del Padre y su obediencia es solamente “legal”. No existe deseo genuino de complacer a Dios.
El deseo de Jesús, de agradar a su Padre, surgió de su relación con él. Él, en oración, le decía: “Padre, ¿qué quieres? ¿Qué te agradaría? ¿Qué puedo hacer para cumplir el deseo de tu corazón?
¡Esa es la real actitud de una persona que tiene el Espíritu de Cristo! Hacer siempre lo que le agrada al Padre!
*Dios te de entendimiento y te bendiga!*
Wilda M.V.
(Referencia: WorldChallengeOrg)
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