Hechos 16:28-30 “Mas Pablo clamó a gran voz diciendo: No te hagas ningún mal, pues todos estamos aquí. El entonces, pidiendo luz, se precipitó adentro, y temblando, se postró a los pies de Pablo y de Silas; y sacándolos, les dijo: Señores, ¿qué debo hacer para ser salvo?”
Pablo y Silas estaban presos por predicar y ministrar a Jesucristo. Y Dios envió un terremoto, las puertas de las cárceles se abrieron, y las cadenas de todos se soltaron. El carcelero tembló...y se humilló ante Dios.
Con frecuencia, tu orgullo no te permite ver que necesitas a Jesús, y es entonces que las crisis son excelentes escenarios para que reconozcas tu necesidad de Dios.
El carcelero reconoció que él y su familia necesitaban salvación... Dios actúa de muchas maneras, y con su poder y amor desea llevarnos por su camino, pero hay veces que escogemos el sendero mas difícil y equivocado.
Fuertes crisis parecen ser el medio para quebrar tu orgullo y autosuficiencia. Ese hecho en la cárcel generó en el carcelero su deseo por Dios.
Muchas cosas Dios hace, y te cuesta trabajo entenderlas, pero Él tiene todo bajo control y sabe lo que hace; tiene claros sus objetivos, y nada lo hace por accidente.
Provocar ese terremoto, no sólo fue para liberar a Pablo y a Silas, sino también para salvar una familia. Así puede hacer para contigo!
Hay ocasiones en que Dios tiene que mover, con fuerza, los cimientos de tu vida, para poder llevarte a nuevos niveles de bendición, y madurez.
Aunque te sea difícil entender la obra de Dios, actúa en obediencia. Luego podrás entender lo que Dios ha hecho!
Solo obedece y confía. Feliz sábado, y que Dios te bendiga!
Wilda M.V.
(Referencia: Mensajes y sermones para predicar)
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