miércoles, 11 de abril de 2018

“Un corazón para Dios”


Meditación 11.4.18

Hechos 13.16-22 “Entonces Pablo, levantándose, hecha señal de silencio con la mano, dijo: Varones israelitas, y los que temen a Dios, oigan: El Dios de este pueblo de Israel escogió a nuestros padres, y enalteció al pueblo, siendo ellos extranjeros en tierra de Egipto, y con brazo levantado los sacó de ella. Y por un tiempo como de 40 años los soportó en el desierto; y habiendo destruido 7 naciones en la tierra de Canaán, les dio en herencia su territorio. Después, como por 450años, les dio jueces hasta el profeta Samuel. Luego pidieron rey, y Dios les dio a Saúl hijo de Cis, varón de la tribu de Benjamín, por 40 años. Quitado éste, les levantó por rey a David, de quien dio también testimonio diciendo: He hallado a David hijo de Isaí, varón conforme a mi corazón, quien hará todo lo que yo quiero”.

A veces, me gusta caminar por un cementerio y leer los epitafios. Es interesante ver las palabras que se han escogido para resumir la vida de una persona. Esto puede parecer un pasatiempo extraño, pero es en realidad una manera útil de reexaminar nuestra vida. Todos dejaremos algún tipo de testimonio cuando muramos. ¿Se ha preguntado qué recordarán sus seres queridos acerca de usted? ¿Qué palabras quiere que estén grabadas en su lápida?

En nuestro pasaje de hoy, el apóstol Pablo nos dice cómo veía Dios a David: Como un “varón conforme a mi corazón, quien hará todo lo que yo quiero”. ¡Qué testimonio tan grandioso de una vida bien vivida! Aunque David no fue un hombre perfecto, sí fue alguien cuya vida estuvo centrada en los intereses y los deseos de Dios.

Muchos salmos de David dan testimonio de que su relación con el Señor era el aspecto más importante de su vida. Su pasión era obedecer a Dios y hacer su voluntad. Sin embargo, eso no significa que siempre fue obediente. ¿Quién puede olvidar su falta con Betsabé? Pero aunque pecó al cometer adulterio y homicidio, su corazón seguía inclinado hacia Dios. Su sentimiento de culpa y humilde arrepentimiento demostraron que su relación con el Señor seguía siendo su prioridad absoluta.

Si Dios escribiera un resumen de tu vida, ¿Cómo le describiría? ¿Está su corazón alineado con el corazón de Dios, o ha dejado que vaya tras los placeres y los intereses de este mundo? A menos que busquemos con empeño relacionarnos con el Señor, nos alejaremos de Él. Quizá sea el momento de cambiar de rumbo.

(EnContacto.org).

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