Lucas15:13-14, 20 "No muchos días después, juntándolo todo el hijo menor, se fue lejos a una provincia apartada; y allí desperdició sus bienes viviendo perdidamente. Y cuando todo lo hubo malgastado, vino una gran hambre en aquella provincia, y comenzó a faltarle. Y levantándose, vino a su padre. Y cuando aún estaba lejos, lo vio su padre, y fue movido a misericordia, y corrió, y se echó sobre su cuello, y le besó".
Cómo cambia la vida cuando el amor de Jesucristo está presente!
Las personas que tienen a Cristo en su vida, no te dan la espalda, sino que siguen diciendo presente (aunque tú te alejes), te buscan, te soportan, te sirven, te cuidan y oran por ti. Es que ellas entienden que el amor de Cristo es inmerecido e inmutable; y desean expresarlo con gozo.
Nuestro proceder es tan dañado, que todos merecemos la muerte; aun así, el Padre celestial siempre nos da y dará la bienvenida, tal como el padre en esta historia abrazó a su hijo apartado y descarriado. Incluso dijo a sus sirvientes: «hagamos fiesta; porque mi hijo muerto era, y ha regresado; se había perdido, y es hallado» (vs. 23-24).
Aprendamos del amantímsimo Padre, a recibir Su amor y Su perdón, y que podamos extenderlo a otros... Mucha falta que le hace a esta humanidad tan egocéntrica y vacía.
Solamente el amor de Jesús y del Padre en ti, te cambiarán y harán la diferencia.
Feliz miércoles...y que dejes que ese verdadero amor te cubra y bendiga!
Wilda M.V.
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