Colosenses 3:12-14 “Vístete como escogido de Dios, santo y amado, de entrañable misericordia, de benignidad, de humildad, de mansedumbre, de paciencia; soportando a los otros, y perdonándose unos a otros si alguno tuviere queja contra el otro. De la manera que Cristo te perdonó, así también hazlo tú. Y sobre todas esas cosas vístete de amor, que es el vínculo perfecto”.
… Un joven, que viajaba mucho, se encontró una piedra preciosa, en uno de sus viajes; y procedió a guardarla en su mochila. Un día se encontró con otro viajero (Juan), y al abrir su mochila para compartir con él sus provisiones, Juan vio la joya, y se la pidió. El joven se la entregó, sin ningún obstáculo. Juan le dio las gracias y se marchó lleno de gozo con su piedra preciosa, con la cual era suficiente para ser rico por el resto de sus días.
Unos días después Juan volvió a buscar el joven viajero, a quien le devolvió la tan preciada joya.
Juan dijo al joven: Ahora te ruego que me des algo de mucho más valor que esta joya. Ahora anhelo que me des de eso que te permitió darme esa piedra preciosa, sin ninguna objeción...
Probablemente no sabrás cuándo Dios probará tu desprendimiento para con tu prójimo. Por lo que, en todo momento, debes recordar que nada de lo que tienes, te pertenece a ti. Solo eres un administrador de los bienes que posees. Guárdate de toda avaricia; porque la vida del hombre no consiste en la abundancia de los bienes que posee (Lc.12.15).
Aprende a ser desprendido, Dios te bendecirá, mucho mas abundante de lo que esperes!
Wilda M.V.
(Referencia: historias y biografias)
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