Meditación 14.11.17
Efesios 5.15-17 “Miren, con diligencia cómo andan, no como necios sino como sabios,
aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos. Por tanto, no sean
insensatos, sino entendidos de cuál sea la voluntad del Señor”.
Cada noche antes de ir a dormir, escribo mis metas para
el día siguiente. Al despertar, leo la lista para centrar mi atención en lo más
importante. Si esto no fuera parte de mi rutina diaria, las pocas horas de que
dispongo no serían productivas.
La Biblia nos enseña a usar nuestros días con sabiduría. El tiempo es un regalo. El Todopoderoso ha dado a cada persona un
número de días para vivir. Pero nuestra vida es fugaz e incierta;
Santiago la compara con neblina “que se aparece por un poco de tiempo, y luego
se desvanece” (Santiago 4.14). El tiempo es también
irreversible; no se puede tocar una tecla de “rebobinar” y devolver el tiempo.
Es absurdo desperdiciar este precioso recurso, pero
muchas veces lo hacemos. Esté alerta para que pueda vivir a plenitud cada
momento de su vida.
Las prioridades fuera de lugar dan como resultado
oportunidades desperdiciadas. Nuestros valores determinarán el énfasis y la
cantidad de tiempo que demos a cada actividad.
La retrasar cosas y el perfeccionismo absorben un tiempo
valioso que podría haber sido utilizado para beneficio del Reino de Dios.
La falta de concentración quita su potencial al tiempo.
Por ejemplo, tenemos que disciplinarnos para concentrarnos en la lectura de
la Palabra de Dios, y no desviarnos.
¿Qué valores guían su manera de utilizar su tiempo? ¿Hay algo que le impida vivir cada momento de una manera que agrada al
Señor? Usted nunca tendrá la oportunidad de vivir el hoy otra vez.
Por tanto, pida a Dios guía y dirección para que pueda vivir cada día con
propósito.
(Encontacto.org)
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