Miércoles 11.10.17
Jeremías 31:19-20 "Porque después que me aparté tuve arrepentimiento, y después que reconocí mi falta, herí mi muslo; me avergoncé y me confundí, porque llevé la afrenta de mi juventud. ¿No es Efraín hijo precioso para mí? ¿no es niño en quien me deleito? pues desde que hablé de él, me he acordado de él constantemente. Por eso mis entrañas se conmovieron por él; ciertamente tendré de él misericordia, dice Jehová".
Hoy he recibido gozosa esta promesa del Señor! Fue un sueño que tuvo el profeta Jeremías (vs 26); pero este puede ser parte de tu proceso; con los respectivos cuidados, promesas y recomendaciones de Dios.
El profeta habla de que Efraín (el hijo) se lamentaba: que fue azotado, y castigado. Clamaba: conviérteme, y seré convertido, porque tú eres Jehová mi Dios.
Sigue diciendo que después que se apartó tuvo arrepentimiento y reconoció su falta, se avergonzó y se confundió, ya que llevó la afrenta de su juventud.
Y que maravilloso lo que dijo el Señor a Jeremías, que hoy lo dice para mi, y quiza para ti: "¿No es Efraín hijo precioso para mí? ¿no es niño en quien me deleito? Me he acordado de él constantemente. Mis entrañas se conmovieron por él; ciertamente tendré de él misericordia, dice Jehová. Aleluya! Son promesas para cantar con júbilo y esperar! Yo las recibo.
La recomendación de Dios a ese hijo fue: vuélvete por el camino por donde fuiste, vuelve a estas tus ciudades. Jehová creará cosa nueva, así lo ha dicho. Él hace volver sus cautivos!
!Que Jehová te bendiga, y le dejes volver a habitar en ti; Él satisfará tu alma cansada, y entristecida.
Wilda M.V.
(Referencia: Jeremías 31:18-25)
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