Meditación 6.9.17
Te invito a que leas Éxodo 3.1-15.
¿Cómo responde usted cuando Dios le dice que haga algo
que parece estar más allá de sus capacidades? ¿Está lleno de excusas, dándole
razones por las que Él escogió a la persona equivocada? Fue así exactamente
como respondió Moisés. Cuando el Señor le dio la gigantesca tarea de conducir a
los israelitas a la libertad, estaba llamando a Moisés a un nivel de compromiso
considerablemente alto. Si esperamos dar un paso de obediencia a los retos que
nos hace nuestro Dios, debemos responder las mismas dos preguntas que hizo
Moisés.
¿Quién es Dios? Esta respuesta es importante porque revela la autoridad de Aquel que nos
está diciendo qué debemos hacer. Los dos nombres que el Señor utilizó —el Dios
de Abraham, Isaac y Jacob y “YO SOY EL QUE SOY”, lo identificaron como el
eterno y soberano Creador con existencia propia, que cumple sus promesas. Esto
significa que no hay ninguna autoridad superior y que Él tiene todo el
derecho de exigir nuestra obediencia.
¿Quién soy yo? Cuando Moisés preguntó si él era el hombre adecuado para la tarea, el
Señor le dio una promesa: “Ve, porque yo estaré contigo”. Fue capaz de cumplir
con la tarea solo porque Dios quiso establecer una relación con él. La
fuente de competencia del cristiano es su relación con Cristo, y la presencia
de su Espíritu Santo que mora en nosotros.
Cuando Dios le dé
una tarea, recuerde que si usted se niega a obedecer, perderá la bendición que
Él ha dispuesto para su vida. Piense solo en lo que
Moisés habría perdido si hubiera dicho no. Hay demasiado en juego. ¡Confíe
en Dios y siga adelante!
(De Encontacto.org)
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