Meditación 29.8.17
Santiago 4.8 “Acercaos a Dios, y
él se acercará a ustedes. Pecadores, limpien las manos; y ustedes los de doble
ánimo, purifiquen sus corazones”.
Tengo un amigo
que, por cierto tiempo, fue consumidor de drogas. Hace poco, su familia se dio
cuenta de que esta actividad había cesado, aunque él no la había dejado
deliberadamente. ¿Cuál fue la razón de que desapareciera su deseo de seguir
consumiendo droga?
La razón era que
mi amigo estaba más satisfecho con el Señor. Ya no necesitaba lo que el mundo
le ofrecía para sentirse bien. ¡Qué ejemplo tan excelente de crecimiento en
Cristo!
Además de
encontrar satisfacción en Dios, hay muchos otros indicadores de crecimiento que
son evidentes para el creyente. Por ejemplo, perdonar se vuelve más fácil con
el tiempo. Pensemos en nuestro Salvador, quien pidió al Padre que perdonara
incluso a quienes lo habían crucificado (Lucas 23.34).
Asimismo, a
medida que maduremos, nuestra fe aumentará. Dios nos ama, y con
misericordia y delicadeza desarrolla nuestra confianza en Él. Otra señal de
un caminar más estrecho con Cristo es un interés mayor por la condición
espiritual de los demás.
Y, por último, a
medida que nuestra relación con el Señor se profundiza, tendremos más deseos de
obedecerle. Este deseo no nace del temor, sino del amor a nuestro Padre
Celestial. Del mismo modo, cuando pequemos, tendremos un corazón contrito y
humillado.
¿Está usted ya
satisfecho espiritualmente? ¿O tiene un hambre cada vez mayor e insaciable de
Jesús? Si piensa que ya ha caminado lo suficiente con Cristo, está
cometiendo un terrible error. Se está perdiendo de la gran plenitud y
emoción que se experimentan al estar cerca de Él. (Encontacto.org)
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