28.8.17
2 Pedro 3.17-18 “ Así
que ustedes, oh amados, sabiéndolo de antemano, guardaos, no sea que
arrastrados por el error de los inicuos, caigan de su firmeza. Antes bien,
crezcan en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo.
A Él sea gloria ahora y hasta el día de la eternidad. Amén”.
En muchos lugares
del mundo, hay personas que van a la iglesia, inclinan la cabeza para orar y
escuchar predicaciones, pero que lamentablemente no están creciendo
espiritualmente.
Es muy común que
los creyentes hagan esto para cumplir con sus obligaciones cristianas. Pueden
cumplir con todo, pero no tienen una relación con el Señor Jesús. Para florecer
espiritualmente, tenemos que ser salvos, lo cual sucede en el momento que Dios
nos hace personas nuevas al limpiarnos del pecado y adoptarnos como suyos.
Sobre esa base podemos comenzar a crecer. Pero aun con esta nueva vida,
podemos permanecer estancados.
Hay varios
indicadores que revelan la calidad de nuestra peregrinación cristiana. Hoy
veremos tres de ellos.
1.
Los
creyentes que están creciendo deben sentir hambre de Cristo. Al experimentar
más de Jesús, quien es el pan de vida (Juan 6.35), nuestro deseo de Él aumentará.
2.
Los
creyentes que viven estrechamente con el Salvador notarán que su discernimiento
del pecado se agudiza. Las enseñanzas y las ideas falsas se vuelven más
evidentes a medida que acumulamos la verdad dentro de nuestro espíritu.
3.
Nuestra
esfera de amor debe seguir expandiéndose. Con el tiempo, el Espíritu Santo nos
capacita para ser compasivos con personas a quienes nos resultaba difícil aceptar.
¿Tiene usted
un hambre insaciable de Dios y una conciencia cada vez mayor del pecado? ¿Siente amor aun por quienes no están
de acuerdo con usted? Estas son preguntas importantes que deberá hacerse
para determinar la calidad de su crecimiento espiritual.
(De Encontacto.org)
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