Jueves 8.6.17
Isaías 1:16-18 "Lávense y límpiense; quiten la iniquidad de sus obras de delante de mis ojos; dejen de hacer lo malo; aprendan a hacer el bien; busquen el juicio, restituyan al agraviado, hagan justicia al huérfano, amparen a la viuda. Vengan luego, dice Jehová, y estemos a cuenta: si sus pecados fueren como la grana, como la nieve serán emblanquecidos; si fueren rojos como el carmesí, vendrán a ser como blanca lana".
En estos versos, Dios habló mediante el profeta Isaías (+- 750 años antes que Juan el Bautista), y lo mismo repitió Juan, en Mateo 3:8 "Hagan frutos dignos de arrepentimiento". Y 2017 años después, el mensaje no ha cambiado: Que tus frutos digan que eres un digno hijo de Dios.
Siempre hay oportunidad para lavarnos, limpiarnos, y desechar la iniquidad de nuestras vidas; de entender que hacer lo malo es amarnos nosotros mismos, es ser egoístas y no amar a nuestro prójimo. Y, peor aun es, que reclamamos, y hasta exigimos que ese prójimo nos respete, sirva y complazca.
Aprendamos a hacer el bien, incluso al enemigo, y al que nos aborrece. Busquemos la justicia, pero no la humano, sino la que viene de Dios, y de la Biblia.
Es tiempo para restituir a quienes hemos ofendido y dañado; y que cuando vayamos delante de Dios, estemos a cuenta. Que si quedare algún "pecadillo" oculto, Él, en su misericordia, nos limpie como nieve.
Para que cuando el hacha de Dios esté puesta a la raíz de nuestros árboles; porque no hemos dado buenos frutos, no nos sorprendamos, seamos cortados y echados en el fuego (Mateo 3:10).
Hoy es un día excelente para decidir o continuar dar frutos dignos de arrepentimiento... Eso se logra siendo Jesús: Dueño, Señor y Salvador de nuestras vidas!
Que Dios nos libre de Su ira venidera, y nos bendiga!
Wilda M.V.
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