Miércoles 10.5.17
Habacuc 3.19 "Jehová el Señor es mi fortaleza, el cual hace mis pies como de ciervas, y en mis alturas me hace andar…"
La palabra “fortaleza” habla de la fuerza que del Señor viene sobre el cristiano, y de cómo lo equipa para superar batallas espirituales. Nos protege del enemigo y su maldad, todos los días.
David lo vivió cuando tuvo que huir del rey Saúl; por eso él cantó: “Jehová, roca mía y castillo mío, y mi libertador; Dios mío, fortaleza mía, en él confiaré, mi escudo, y la fuerza de mi salvación, mi alto refugio” (Salmos 18:2). Dios es fiel protector!
Al poner nuestra confianza en el Señor, podemos adorarle con seguridad, y avanzar a pesar de las dificultades. Dios no sólo es nuestro escudo, en Él estamos protegidos de los ataques del enemigo.
Los ciervos de las montañas orientales se destacan por su gracia, agilidad y ligereza; sus patas tienen la capacidad de saltar y correr entre difíciles pendientes rocosas. Las ciervas en esas zonas altas, perciben seguridad; y difícilmente los depredadores (osos, leones y lobos) pueden llegar para devorarlas. El salmista usa esa figura, expresando que Dios nos da la capacidad de caminar por senderos seguros y rectos donde el enemigo no nos toca.
Podemos confiar en el Señor todo el tiempo! Él nos sostendrá, fortalecerá e impulsará para caminar en victoria. Es nuestro escudo y fortaleza!
Que Dios nos fortalezca, proteja y bendiga hoy!
Wilda.
(Fuente de ref: Mensajes y Sermones para Predicar)
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