martes, 13 de diciembre de 2016

"Un modelo de oración"

Meditación 13/12/16

Mateo 6.7-15 "Y orando, no usen vanas repeticiones, como los gentiles, que piensan que por su palabrería serán oídos. No se hagan, pues, semejantes a ellos; porque su Padre sabe de qué cosas tienen necesidad, antes que ustedes le pidan. Ustedes, pues, oren así: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra. El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy. Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores. Y no nos metas en tentación, más líbranos del mal; porque tuyo es el reino, y el poder, y la gloria, por todos los siglos. Amén. Porque si perdonas a los hombres sus ofensas, le perdonará también a ustedes su Padre celestial; más si no perdonan a los hombres sus ofensas, tampoco su Padre les perdonará sus ofensas".

En Mateo 6.7, Jesús advierte en contra de las vanas repeticiones al dirigirse al Padre celestial. 2 versículos más adelante nos dejó un modelo para ayudarnos a orar. Sin embargo, al utilizar este pasaje, que se conoce como el Padrenuestro, somos muchas veces culpables de hacer aquello que nos prohibió el Señor: en vez de considerar reflexivamente cada una de las palabras, las decimos sin pensar. Pero si nos tomamos el tiempo para examinar cuidadosamente las palabras de Cristo, descubriremos el modelo que puede transformar nuestra vida de oración.

El Padrenuestro se divide de las siguientes partes:
Adoración al Padre (Mateo 6.9). Dios Padre es el centro de todas nuestras oraciones. Nunca debemos olvidar el privilegio que es hablar con el Dios Todopoderoso.

Sometimiento a su voluntad (Mateo 6.10). La oración debe reflejar el deseo de ajustarnos a los objetivos y a los propósitos de Dios, no hacer que Él siga nuestros planes.

Pedir por nuestras necesidades (Mateo 6.11). Dependemos del Señor, y Él quiere que vayamos a Él con nuestras peticiones.

Confesión de los pecados (Mateo 6.12). Cuando nos arrepentimos y perdonamos a otros, mantenemos la comunión con Dios. A Dios le agrada responder nuestras oraciones cuando las líneas de comunicación no están interrumpidas.

Liberación del mal (Mateo 6.13). Nuestro enemigo es demasiado fuerte para nosotros, pero Cristo ya lo venció.

Jesús terminó la oración donde comenzó: con la alabanza al Padre por su reino, su poder y su gloria (Mateo 6.13). La próxima vez que usted diga esta oración, concéntrese en cada versículo. Seguir este modelo dará como resultado una vida de oración más dinámica y efectiva, ya que estará centrada en Dios.
(De Encontacto.org)

No hay comentarios:

Publicar un comentario

ESA GRACIA INMERECIDA DE DIOS

27.11.2024 SANTIAGO 1.17-18  “ Toda buena dádiva y don perfecto desciende de lo alto, del Padre de las luces, en el cual no hay mudanza, n...