Viernes 04/11/16
Éxodo 5.1 "Después Moisés y Aarón entraron a la presencia de Faraón y le dijeron: Jehová el Dios de Israel dice así: Deja ir a mi pueblo a celebrarme fiesta en el desierto”
Ir a un desierto se pudiera considerar un tiempo tormentoso, muerto y sin beneficios. Ahora bien, una fiesta, sí que es atractiva. Pero concuerdan desierto y fiesta? No, no lo creo! Ahora bien, no existe comparación cuando se habla de ir al desierto a celebrar para Dios.
Las personas pretenden ser felices con las cosas que le gustan a la carne; pero el que ha entrado en el gozo de Jesucristo -que ha nacido de nuevo-, está preparado para deleitarse en las buenas y en las malas.
Dios, a través de Moisés, envió a faraón la orden de dejar ir a Su pueblo a celebrarle una fiesta. Nosotros, por el hecho de ser parte de Su pueblo, tenemos motivos suficientes para celebrar fiesta…y constante. El que Dios sea nuestro Padre, es el motivo más grande de celebración!
Dios quiso llevarlos al desierto con dos motivos: Ser libres, y que le pudieran celebrar la fiesta que Él quería.
Quería que salieran de esa esclavitud, de esas ataduras; porque nadie esclavo, ni atado tiene deseos para celebrar. Nadie, bajo el dominio de Satanás, haría fiesta para Dios. Ahora bien, estando en libertad, sí que habría deseos de hacer fiesta…y voluntaria!
Durante muchos años, muchos esclavizados del pecado (de todo tipo), han logrado -mediante Jesucristo- levantarse y decirle a Satanás: hoy salgo de tu esclavitud, se rompen mis cadenas, clavo mis cargas en la cruz de Cristo, y paso a celebrarle fiesta a Jehová, el Dios Todopoderoso, en medio de mi desierto!
Si alguien no ha podido llegar a esa etapa, le recomiendo rendirse al Rey de Reyes -a Cristo- quien también te sacará de tu Egipto, de tu esclavitud, para que celebres -junto a Él- una gran fiesta!
Que Dios te lleve a celebrar fiesta en tu desierto,
y te bendiga abundantemente!
WMV
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