lunes, 17 de octubre de 2016

"Vestidos para la batalla"

Meditación 17/10/16

Efesios 6.10-18  "Por lo demás, hermanos míos, fortalézcanse en el Señor, y en el poder de su fuerza. Vístanse de toda la armadura de Dios, para que puedan estar firmes contra las asechanzas del diablo.  Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes. Por tanto, tomen toda la armadura de Dios, para que puedan resistir en el día malo, y habiendo acabado todo, estén firmes. Estén, pues, firmes, ceñidos sus lomos con la verdad, y vestidos con la coraza de justicia,  y calzados los pies con el apresto del evangelio de la paz. Sobre todo, tomen el escudo de la fe, con que puedan apagar todos los dardos de fuego del maligno. Y tomen el yelmo de la salvación, y la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios; orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos".

Cuando usted se despierta por la mañana y se viste para el nuevo día, probablemente no piensa en que ha entrado en un campo de batalla. Pero el enemigo nos rodea por todas partes, atacando siempre nuestra mente y nuestro corazón con tentaciones, reveses, problemas emocionales y otras cosas más. Hay días en los que nos sentimos como en un frente de batalla sin ninguna protección.

Allí está nuestro malentendido; sí tenemos protección, porque el Señor ha provisto para nuestra necesidad en la batalla. Él no nos ha enviado a la guerra desprotegidos, sino que nos ha dado una armadura que el enemigo no puede penetrar: la armadura de Dios.

En Efesios 6.10-18, el apóstol Pablo nos dice, paso a paso, cómo prepararnos para nuestra batalla diaria, pero la mayoría de los cristianos no le ponen atención al consejo. Decimos: “Bueno, es una bonita metáfora, pero no debemos tomarla literalmente. Después de todo, la armadura no es real”. Sí, sí lo es. Es tan real como la ropa que llevamos puesta.

¿Quiere usted ver un cambio dramático en su vida? ¿Quiere mantenerse firme ante las adversidades? ¿Quiere vencer las tentaciones? Entonces necesita estar vestido para la batalla!!!

Te reto a ponerte tu armadura espiritual cada día durante los siguientes siete días. Póngase cada pieza a la vez: el yelmo de la salvación, la coraza de justicia, el cinturón de la verdad, el calzado de la paz, el escudo de la fe y la espada del Espíritu de Dios. Y al hacerlo, medite cada día en Efesios 6.10-18, y verás lo que Dios hará.
(De Encontacto.org)




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