jueves, 13 de octubre de 2016

"Obstáculos para la fe"

Meditación 13/10/16

Éxodo 3.10—4.17   Hoy también te invito a leer la historia en tu Biblia, o dándole click al link que está al inicio.

…Moisés es enviado a Faraón, para que de Egipto sea liberado el pueblo de Israel.  Moisés se justifica que no puede por no estar calificado para la tarea. Dios le dice que estaría con él y que pondría quien le ayude. Hizo la observación, para ellos, de que "YO SOY" le envió. También le dice que la razón era porque Él había visto cómo era de mal tratado su pueblo en aquel lugar. También le hizo saber cuán arduo sería el proceso, pero que Jehová extendería su mano y heriría a los egipcios por su duro corazón… y que al final les dejaría ir. Le habló de las pruebas del poder de Dios que como muestra les hiciera (la vara que se convirtió en culebra). También les hizo la promesa de que al salir de Egipto no se irían con las manos vacías….

Cuando no llegamos a lograr las metas que Dios nos ha puesto, no es porque el Señor, de alguna manera, haya fallado en darnos lo necesario. Es porque el fracaso, por lo general, es el resultado de un obstáculo que hay en nuestro corazón —una actitud que constituye un estorbo para nuestra fe. Como resultado, el flujo del poder de Dios se ve obstaculizado, y no podemos llegar a ser quienes Él desea que seamos. Moisés es un ejemplo dramático del potencial destructivo que tienen los obstáculos para la fe. Llamado a una de las mayores misiones en toda la Biblia, el futuro líder respondió con excusas de por qué no podía obedecer.

Las excusas para desobedecer no han cambiado mucho desde el encuentro de Moisés con la zarza ardiente. Trató de esconderse detrás de los mismos obstáculos para la fe que los creyentes alegan hoy: una baja autoestima, ignorancia en cuanto a Dios, dudas de sí mismos, sentimientos de incompetencia, y temor a fracasar. Cada vez que Moisés se quejaba de que el Señor se había equivocado de persona, Dios le respondía con una firme y convincente refutación.

El tema de las respuestas a Dios es algo que todos los creyentes necesitamos entender, como lo hizo Moisés finalmente —es decir, que cuando somos llamados a servir, nuestras fuerzas, habilidades y conocimientos no importan. Es el Señor quien hace el trabajo por medio de nosotros. Él no busca a la persona más calificada sino a hombres y mujeres dispuestos a rendirse a Él. Cuando su poder obra por medio de nuestras debilidades, es evidente que solamente Dios pudo haber logrado el resultado. (De Encontacto.org)

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