Meditación 22/9/16
Te invito a leer el pasaje bíblico que nos hace meditar en este día. Puedes darle al link aquí mismo: Éxodo 14.10-31
Vivir
por fe garantiza dificultades. A la gente no le gusta este mensaje, pero es
verdad. Cuando una persona decide rendirse a Dios y obedecerle cueste lo
que cueste, ese creyente sufrirá en ocasiones y se le pedirá que haga dolorosos
sacrificios. Para poder servir al Señor, Moisés tuvo que decidir ir adelante
por fe a pesar de los intimidantes desafíos.
Por
haberse criado en el palacio de Faraón, Moisés conocía bien el orgullo del
gobernante egipcio, y también la importancia de la mano de obra esclava hebrea.
Por tanto, entendía perfectamente la dificultad de llevar a cabo la orden de
Dios de liberar a su pueblo. Pero él había dejado su vida cómoda para
poder obedecer.
Sin
embargo, el trabajo de Moisés no terminó con la liberación de los esclavos;
pasó más de 40 años después conduciendo a este pueblo errante,
intercediendo por ellos cuando desobedecían a Dios, y clamando por salvación
cuando enfrentaban problemas.
La
vida de Moisés estuvo caracterizada por retos y sacrificios, pero más que eso,
fue moldeada por una relación estrecha con Dios. Cada dificultad
anulaba su confianza en sí mismo y fortalecía su fe en el Señor. Cada
vez que surgía un nuevo reto, Moisés acudía primero a Dios en busca de
dirección y ayuda.
La
Biblia nos dice que las adversidades crean una intimidad más profunda con el
Señor (1 Pedro 5.10). La vida de Moisés así lo demuestra, y esto es cierto para los
creyentes hoy. Las dificultades son inevitables. Podemos intentar
hacer todo lo posible para evitarlas, pero lo más seguro es que fracasemos.
Una actitud más sabia es encarar los retos y seguir adelante por fe. (De Encontacto.org)
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