Meditación 19/08
2 Pedro 2.1-3 "Pero hubo también
falsos profetas entre el pueblo, como habrá entre ustedes falsos maestros,
que introducirán encubiertamente herejías destructoras, y aun negarán al
Señor que los rescató, atrayendo sobre sí mismos destrucción repentina.
Y muchos seguirán sus disoluciones, por causa de los cuales el camino de la
verdad será blasfemado, y por avaricia harán mercadería de ustedes con
palabras fingidas. Sobre los tales ya de largo tiempo la condenación no
se tarda, y su perdición no se duerme".
Una
tarde, estando fuera de un supermercado, vi como dos hombres confrontaban a los
clientes con unas afirmaciones equivocadas en cuanto a la enseñanza de la
Biblia. Cualquiera que pareciera inseguro en cuanto a la fe cristiana era
invitado a aprender en un estudio bíblico “lo que Dios había dicho realmente”.
Yo no fui invitado porque esos hombres se alejaron de mí rápidamente cuando
utilicé la Palabra de Dios para defender mis creencias.
El
maestro falso quiere crear incertidumbre en sus oyentes. Para conseguir seguidores,
debe convencer a su público que posee un conocimiento que ellos no tienen.
Las personas que aceptan esta información engañosa como la verdad absoluta,
por lo general volverán al falso maestro para recibir más enseñanzas. El
tener seguidores complace el ego de estos farsantes y le da una “prueba” de que
están en lo correcto.
Los
que tienen una sana doctrina no serán engañados. Por eso es tan importante
que nuestra fe descanse en las verdades bíblicas. Por ejemplo: que
Jesucristo murió por los pecados de la humanidad; que el Espíritu Santo mora en
los creyentes, y que los cristianos serán resucitados corporalmente. Pero a
estos falsos maestros no se les derrota con “mi pastor dice ...”. Cuando seamos
confrontados, debemos defender nuestra fe con la Biblia que hemos estudiado.
Si la leemos regularmente y aplicamos la Palabra de Dios, estaremos mejor
preparados cuando se nos diga una mentira.
Tener
una sana doctrina protege a los creyentes de los mensajes distorsionados, y los arma
para defender su fe. No sea tomado desprevenido. Si no ha empezado todavía,
comience a estudiar la Biblia hoy mismo.
(De
Encontacto.org)
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