Meditación 06/07/16
1 Timoteo 1.5-7 "Pues el propósito de este mandamiento es el amor
nacido de corazón limpio, y de buena conciencia, y de fe no fingida, de las
cuales cosas desviándose algunos, se apartaron a vana palabrería, queriendo ser
doctores de la ley, sin entender ni lo que hablan ni lo que afirman".
“Haga lo que le dicte su conciencia”...
esta "sabiduría popular" parece lógica, ya que nuestra conciencia
está hecha para ayudarnos a discernir el bien del mal. Pero, no se puede
confiar siempre en este radar interno como guía; ese es el caso de los que no
tienen al Espíritu Santo para que les revele la verdad y les guíe a tomar
decisiones atinadas. Y aunque los cristianos tenemos al Espíritu de Dios
morando en nosotros, debemos tener cuidado de no vivir en pecado, ya que esto
puede interferir en el funcionamiento de nuestro sensor moral.
Una conciencia fiable es aquella
programada con la enseñanza bíblica. Los creyentes crean un sistema de
radar espiritual firme y sensible al aplicar la verdad de Dios a su vida. Toman
la decisión de pensar y actuar de maneras que honren y agraden al Señor.
Entonces, cuando aparezcan pensamientos u opciones pecaminosas en ese radar,
este enviará una advertencia clara.
La persona con una conciencia
fiable tiene el deseo sincero de obedecer a Dios. No se conforma con lo que
parezca estar o verse bien, sino que busca
la voluntad del Señor. O sea, no se basa solo
en su conciencia, sino que incorpora
a su vida diaria todos los recursos del Espíritu Santo —entre ellos la Biblia y la oración.
La conciencia no fue diseñada para ser nuestra guía; es una herramienta
del Guía. El Espíritu Santo no solo nos convence de pecado, sino que también
trae a la mente los principios divinos, y nos lleva por el camino recto. Él usa
diversas herramientas para conformarnos a la semejanza de Cristo (Romanos 8.29). (De Encontacto.org)
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