Meditación 28.06
Hechos 24.24-27 "Algunos días
después, viniendo Félix con Drusila su mujer, que era judía, llamó a Pablo, y
le oyó acerca de la fe en Jesucristo. Pero al disertar Pablo acerca de la
justicia, del dominio propio y del juicio venidero, Félix se espantó, y dijo:
Ahora vete; pero cuando tenga oportunidad te llamaré. Esperaba también con
esto, que Pablo le diera dinero para que le soltase; por lo cual muchas veces
lo hacía venir y hablaba con él. Pero al cabo de dos años recibió Félix por
sucesor a Porcio Festo; y queriendo Félix congraciarse con los judíos, dejó
preso a Pablo".
Nos
gusta creer que los hábitos dilatorios no tienen importancia, y decimos que nadie
está siendo perjudicado por las cosas que aplazamos. Con el tiempo,
sin embargo, las decisiones de postergar nuestras responsabilidades pueden
convertirse en un patrón. En la lectura de hoy, el gobernador Félix
postergó tomar una decisión en cuanto a Cristo y, al final, nunca lo hizo.
Para
encarrilarnos, debemos cambiar nuestra actitud en cuanto a dejar las cosas
para después, reconociendo que es un problema grave y tomando acción. Es
importante identificar cualquier sentimiento de duda y de malestar que podamos
tener, confesar que la falta de resolución controla tu vida, y luego
darle la espalda. Dígale a Dios: “Quiero vivir
de acuerdo con tu plan y agradarte con mi obediencia”.
El arrepentimiento
debe estar acompañado por el compromiso de adoptar nuevas maneras vivir. Utilice la Palabra de Dios para luchar contra este serio
problema. Lo que somos en Cristo y lo que Él es para nosotros son
las verdades necesarias para vencer malos hábitos. La Biblia dice que somos
nuevas criaturas y que ya no somos esclavos del pecado (Gálatas 5.1). Jesús, nuestro Salvador, es también nuestro Señor.
Él nos da todo lo que necesitamos (2 Pedro 1.3). Su gracia convierte
en fortaleza nuestra debilidad
(2 Corintios 12.9). La
victoria es nuestra por medio de Él (Romanos 8.37).
Si
ordenamos nuestra vida de conformidad con la Palabra, viviremos por fe, no por
sentimientos.
Jesús ofrece hacernos libres de la esclavitud de
la irresponsabilidad. ¡No postergue aceptar su invitación!
(De encontacto.org)
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