Meditación 20.04
Hebreos
7.24-25
"Mas éste, por
cuanto permanece para siempre, tiene un sacerdocio inmutable; por lo cual puede
también salvar perpetuamente a los que por él se acercan a Dios, viviendo
siempre para interceder por ellos".
Pasamos
mucho tiempo preocupándonos por nuestras necesidades materiales —casa, auto,
comida, finanzas y salud. Todas esas cosas son importantes para nuestra vida,
pero hay una garantía por encima de todas. Dios desea que vivamos
confiados en Él y en su gracia salvadora. Y nos da varias razones para
tener la certeza de nuestra seguridad eterna.
- Jesús hace una promesa a todos
los creyentes: “Nadie los arrebatará de mi mano” (Juan 10.28);
y Él no hace ninguna promesa que no tenga la intención de cumplir.
Pensar que podemos tomar una acción que nos separará del Señor una vez que
hemos sido salvos, lo convertiría en un mentiroso.
- La mano de Dios se usa en la
Biblia como símbolo de su poder. Después de que hemos recibido a
Cristo, estamos a salvo en su palma, y ninguna fuerza o acción podrá
sacarnos de ella. Si Satanás pudiera arrebatarnos, ya sea tentándonos
a pecar o mediante su poder, significaría que es más fuerte que Dios.
Sabemos que no es así, pues Dios es omnipotente (2
Crónicas 20.6).
- Jesús es nuestro abogado ante
un Dios santo que no puede mirar el pecado.
En efecto, Hebreos 7.25
nos dice que Cristo “salva perpetuamente”, porque Él está
dispuesto a interceder ante el Padre a favor nuestro. En términos
humanos, Jesús está a la diestra de Dios como un recordatorio tangible
de que nuestra deuda de pecado fue pagada por completo.
Mediante su Hijo Jesucristo, Dios nos ha ofrecido
más que salvación, nos ha ofrecido salvación eterna, sin salvedades o
interrogantes. ¡Usted
puede tener esta seguridad! (De Encontacto.org)
No hay comentarios:
Publicar un comentario