MEDITACIÓN 10.8
Santiago 1.2-4
“Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando os halléis en
diversas pruebas, 3 sabiendo que la prueba de vuestra
fe produce paciencia. 4 Mas tenga la paciencia su
obra completa, para que seáis perfectos y cabales, sin que os falte cosa
alguna.”
¿Está usted desaprovechando sus tribulaciones? Cada vez
que Dios permite que usted atraviese una prueba es porque tiene un propósito
para ella. El Señor desea que le ayude a crecer espiritualmente, y no que
le hunda en la desesperación y el desaliento. Si usted responde de la manera
adecuada, la prueba que pareciera destruirle se convertirá en instrumento de
bendición.
La respuesta más natural a la adversidad es suplicar al Señor
que nos la quite. Si eso no funciona, es posible que nos enojemos o tratemos de
encontrar la salida de la dificultad o del dolor con nuestros propios medios. A
veces, le echamos la culpa a otros por los problemas. Y, en verdad, es
posible que otra persona haya causado el problema, pero Dios lo permitió.
No importa dónde se origine la aflicción, quiénes estén involucrados, o qué tan
mala sea, en el momento que la aflicción llega ya ha sido impregnada por el
amor del Padre celestial, y moldeada para lograr su buen propósito. La pregunta
es: ¿Colaborará usted con Él, o se negará a hacerlo?
Tal vez la enseñanza clave se encuentra en el versículo 4 de
la lectura de hoy. Dios quiere usar nuestra prueba para desarrollar en
nosotros madurez espiritual, pero a menos que permitamos que ella haga su
trabajo, perderemos esa oportunidad. Si pudiéramos prever todos los
beneficios que el Señor ha destinado que logren nuestras pruebas, tal vez
seríamos más cooperadores.
(De Encontacto.org)
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