martes, 28 de julio de 2015

“El Peso del Sentimiento de Culpa”

MEDITACIÓN 28.7

Juan 3.16-17 “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él.”

La culpa falsa puede ser un peso difícil de soportar. La molesta sensación de vergüenza puede llevarnos a dudar del amor y la bondad del Señor; incluso podemos empezar a preguntarnos si nuestra salvación es real. Pero, felizmente, podemos tener alivio.

En primer lugar, es conveniente identificar la causa real de nuestro sentimiento de culpa. Después, tenemos que recordar tres verdades:

1. Soy especial. Cualquier razón que demos para “demostrar” lo contrario, es una mentira de Satanás. Cada uno de nosotros es una creación única. El Señor decidió crearnos y dotarnos de talentos y habilidades específicos que debemos utilizar para su gloria (Efesios 2.10).

2. Soy amado. El Padre celestial envió a su Hijo Jesucristo a morir por nuestros pecados, para que pudiéramos vivir con Él eternamente. No tenemos que hacer nada para ganar su amor; ya nos pertenece al recibirlo. Lo único que tenemos que hacer, es creer que Él murió en nuestro lugar, que fue sepultado, y que resucitó.

3. Soy perdonado. Si confesamos nuestros pecados, el Señor nos perdona. La Biblia promete que el proceso es así de sencillo (1 Juan 1.9).

Puesto que Satanás es quien estimula la culpa falsa, el último paso debe ser repudiar sus mentiras. Diga: “En el nombre de Jesucristo, rechazo estos sentimientos de culpa falsa, porque no tienen absolutamente ninguna base en la Biblia. Son falsos, y me niego a aceptarlos”. El resultado será que el peso de la culpa desaparecerá de su corazón. 
(De Encontacto.org)

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