Meditación
20.6
Tito 2.1-8 “Pero
tú habla lo que está de acuerdo con la sana doctrina. Que los ancianos sean sobrios, serios, prudentes,
sanos en la fe, en el amor, en la paciencia. Las
ancianas asimismo sean reverentes en su porte; no calumniadoras, no esclavas
del vino, maestras del bien; que enseñen a las
mujeres jóvenes a amar a sus maridos y a sus hijos, a
ser prudentes, castas, cuidadosas de su casa, buenas, sujetas a sus maridos,
para que la palabra de Dios no sea blasfemada. Exhorta
asimismo a los jóvenes a que sean prudentes; presentándote
tú en todo como ejemplo de buenas obras; en la enseñanza mostrando integridad,
seriedad, palabra sana e irreprochable, de modo
que el adversario se avergüence, y no tenga nada malo que decir de vosotros.”
Los
padres del Antiguo Testamento sirven como advertencia a los padres de hoy en
cuanto a la influencia de un buen ejemplo para los hijos.
Muchos hombres de
Dios fueron un fracaso como padres, y sus hijos pagaron un precio muy alto. Los
hijos de Jacob imitaron su conducta manipuladora. El rey David descuidó la
disciplina, y como resultado, varios de sus hijos se involucraron en
actividades infames. Su heredero, Salomón, fue igualmente un padre deficiente,
cuyo hijo fue clave en la división del reino.
A
pesar de su fe, Jacob, David y Salomón no fueron tan buenos padres, y esto lo vemos en sus ejemplos bíblicos. Pero los evangelios mencionan a un hombre cuyos hijos son un buen reflejo de
sus cualidades como padre. No hay detalles específicos que permitan saber cómo
crió Zebedeo a los discípulos Jacobo y Juan, pero él es importante porque hizo
lo que muchos creyentes tratan de hacer hoy: criar hijos que obedezcan a Dios.
La formación que dio Zebedeo a sus hijos los preparó para una vida de comunión
estrecha con el Mesías. Es razonable suponer que Zebedeo fue un modelo de
disciplina, de respeto a la autoridad y de perseverancia, porque sus hijos
demostraron tales cualidades al seguir a Jesucristo.
Sus
hijos reflejarán las cualidades que observen en usted. Sus niños ven más allá
de cualquier falsa apariencia. Ven su actitud en cuanto a su trabajo, la manera
cómo habla de los demás, y su respuesta a las circunstancias difíciles. ¿Qué
clase de ejemplo ven sus hijos?
(De Encontacto.org)
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