Meditación 27.4
Lectura bíblica en Génesis 47.7-9 “También José
introdujo a Jacob su padre, y lo presentó delante de Faraón; y Jacob bendijo a
Faraón. 8 Y dijo Faraón a Jacob: ¿Cuántos son los días de los
años de tu vida? 9 Y Jacob respondió a Faraón: Los días de los años de mi
peregrinación son ciento treinta años; pocos y malos han sido los días de los años
de mi vida, y no han llegado a los días de los años de la vida de mis padres en
los días de su peregrinación.”
Algunas veces, la
mejor manera para entender un concepto es pensar en lo opuesto. Demos un
vistazo a algunas maneras de cómo envejecer.
Jacob fue un hombre
que se envejeció por ver sus circunstancias desde una perspectiva negativa.
Nuestro pasaje de hoy revela que estaba insatisfecho con su vida. Aunque hay
muchas cualidades en Jacob que podemos admirar, ésta no es una de ellas.
Nuestro enfoque
determinará el nivel de satisfacción que tendremos en la vida. Quienes se
mantienen jóvenes de espíritu buscan siempre evidencias de las maneras como el
Todopoderoso les está ayudando, amando y guiando. Sin esta perspectiva,
los problemas de la vida pueden pasar a un primer plano, y causar desánimo.
También podemos envejecernos cuando llevamos cargas que no nos
corresponden.
Jesucristo
invita a los trabajados y cargados a venir a Él para encontrar descanso (Mateo 11.28-30). Él quiere que estemos bajo su
yugo y le permitamos llevar nuestra carga de cuidados y preocupaciones. Nuestro
Salvador tiene una solución para cada carga, y quiere ayudarnos a ponerlas en
Él.
¿Qué carga tiene usted que está envejeciendo su cuerpo, su alma
y su espíritu? Ponga en práctica las soluciones del Señor Jesús: si es un espíritu amargado e
inflexible,
perdone; si
es culpa,
reconózcala y arrepiéntase; si es remordimiento por un pecado del pasado, crea que Cristo ya
le ha perdonado; y si es ansiedad, désela a Dios, porque Él tiene cuidado de usted (1 Pedro 5.7).
(De Encontacto.org)
No hay comentarios:
Publicar un comentario