2 Corintios 3.1-6
“¿Comenzamos otra vez a recomendarnos a nosotros mismos? ¿O tenemos
necesidad, como algunos, de cartas de recomendación para vosotros, o de
recomendación de vosotros? 2 Nuestras cartas sois vosotros,
escritas en nuestros corazones, conocidas y leídas por todos los
hombres; 3 siendo manifiesto que sois carta de Cristo expedida
por nosotros, escrita no con tinta, sino con el Espíritu del Dios vivo; no en
tablas de piedra, sino en tablas de carne del corazón. 4 Y
tal confianza tenemos mediante Cristo para con Dios; 5 no
que seamos competentes por nosotros mismos para pensar algo como de
nosotros mismos, sino que nuestra competencia proviene de Dios, 6 el
cual asimismo nos hizo ministros competentes de un nuevo pacto, no de la
letra, sino del espíritu; porque la letra mata, mas el espíritu vivifica.“
Tener plena confianza en el Señor trae muchas bendiciones,
entre ellas crecimiento espiritual, realización personal, paz e influencia.
Cuando nuestra dependencia de Dios sea
firme, responderemos a las dificultades buscando su dirección y su fortaleza.
A la vez, experimentaremos la presencia, la ayuda y el poder del Espíritu Santo
—y, como resultado, crecimiento espiritual. Seremos capaces de hacer cosas
mucho más grandes de lo imaginable si nuestra seguridad viene del Señor. Puede
ser que demostremos una fortaleza muy grande cuando todos los demás estén
turbados; es posible que recibamos una posición de liderazgo más allá de
nuestras capacidades aparentes; o puede ser que encontremos placer y tengamos
éxito haciendo una tarea poco familiar.
Si mezclamos la confianza en Dios con la confianza en
nosotros mismos, nuestra actitud de calma se debilitará. Pero cuando
nuestra seguridad descanse en Él, y mostremos convicción en cuanto a sus
promesas, sentiremos paz, y quienes nos rodean notarán que
Dios ha inspirado nuestra confianza. Al ver ellos que tenemos éxito de
maneras insospechadas, que crecemos espiritualmente y que demostramos paz
interior, desearán tener lo que tenemos.
Desarrollamos confianza en Dios al
meditar en su Palabra; al conocerle más por medio del Señor Jesús; al
confesar cualquier pecado que haya en nuestra vida; y al no seguir el
consejo del mundo.
¿Qué revelan sus acciones:
confianza en Cristo o en usted? ¿Qué pasos dará para aumentar su fe en Él?
(De
Ministerios en Contacto)
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