lunes, 1 de diciembre de 2014

“No Tema”

Meditación 01.12

Lectura en Mateo 14.22-34  En seguida Jesús hizo a sus discípulos entrar en la barca e ir delante de él a la otra ribera, entre tanto que él despedía a la multitud. 23 Despedida la multitud, subió al monte a orar aparte; y cuando llegó la noche, estaba allí solo. 24 Y ya la barca estaba en medio del mar, azotada por las olas; porque el viento era contrario. 25 Mas a la cuarta vigilia de la noche, Jesús vino a ellos andando sobre el mar. 26 Y los discípulos, viéndole andar sobre el mar, se turbaron, diciendo: !!Un fantasma! Y dieron voces de miedo. 27 Pero en seguida Jesús les habló, diciendo: !!Tened ánimo; yo soy, no temáis! 28 Entonces le respondió Pedro, y dijo: Señor, si eres tú, manda que yo vaya a ti sobre las aguas. 29 Y él dijo: Ven. Y descendiendo Pedro de la barca, andaba sobre las aguas para ir a Jesús. 30 Pero al ver el fuerte viento, tuvo miedo; y comenzando a hundirse, dio voces, diciendo: !!Señor, sálvame! 31 Al momento Jesús, extendiendo la mano, asió de él, y le dijo: !!Hombre de poca fe! ¿Por qué dudaste? 32 Y cuando ellos subieron en la barca, se calmó el viento. 33 Entonces los que estaban en la barca vinieron y le adoraron, diciendo: Verdaderamente eres Hijo de Dios. Y terminada la travesía, vinieron a tierra de Genesaret.”

Podemos esperar en algún momento de la vida ser sacudidos por las turbulencias. Tal vez ya hemos experimentado algunas, y podemos estar seguros de que vendrán más. Nuestra situación puede ser tan grave que nos preguntamos: ¿Cómo voy a salir de esto?

Piense en la vez que los discípulos se encontraban en las turbulentas aguas del Mar de Galilea. La Biblia nos dice que las olas golpeaban su embarcación, y que el viento les era contrario. En medio de la tormenta, los discípulos pensaron que veían a un fantasma que se les acercaba. Estos hombres adultos, algunos de los cuales eran experimentados pescadores, gritaron atemorizados. Su temor no disminuyó hasta que se dieron cuenta de que era Jesús caminando hacia ellos.

¿Qué sucedió cuando reconocieron que era el Señor?

 Recibieron . . .
Consuelo en medio de la crisis. Se tranquilizaron cuando se dieron cuenta de que Jesús estaba con ellos y de que Él los cuidaría.

• Valentía para enfrentar la prueba. Pedro encontró la valentía para obedecer a Jesús y salir de la barca.

• Confianza para su futuro. Entendieron que la presencia de Jesús no podía alejarse por los severos vientos.


¿Qué olas o vientos le están azotando? ¿Tiene temor? Pídale al Señor que le muestre su presencia en su situación y que llene sus sentidos con esa conciencia. Cierre sus ojos, e imagínelo a su lado sosteniéndole fuertemente. Deje que sus oídos escuchen su susurro de confianza y amor. Llene su mente con el conocimiento de sus promesas y sea fortalecido por la fuerza, el consuelo y el valor que Él ofrece.

(De Ministerios en Contacto)

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