Meditación 01.12
Lectura en Mateo 14.22-34 “ En
seguida Jesús hizo a sus discípulos entrar en la barca e ir delante de él a la
otra ribera, entre tanto que él despedía a la multitud. 23 Despedida
la multitud, subió al monte a orar aparte; y cuando llegó la noche, estaba allí
solo. 24 Y ya la barca estaba en medio del mar, azotada por las
olas; porque el viento era contrario. 25 Mas a la cuarta
vigilia de la noche, Jesús vino a ellos andando sobre el mar. 26 Y
los discípulos, viéndole andar sobre el mar, se turbaron, diciendo: !!Un
fantasma! Y dieron voces de miedo. 27 Pero en seguida Jesús les
habló, diciendo: !!Tened ánimo; yo soy, no temáis! 28 Entonces
le respondió Pedro, y dijo: Señor, si eres tú, manda que yo vaya a ti sobre las
aguas. 29 Y él dijo: Ven. Y descendiendo Pedro de la barca,
andaba sobre las aguas para ir a Jesús. 30 Pero al ver el
fuerte viento, tuvo miedo; y comenzando a hundirse, dio voces, diciendo:
!!Señor, sálvame! 31 Al momento Jesús, extendiendo la mano,
asió de él, y le dijo: !!Hombre de poca fe! ¿Por qué dudaste? 32 Y
cuando ellos subieron en la barca, se calmó el viento. 33 Entonces
los que estaban en la barca vinieron y le adoraron, diciendo: Verdaderamente
eres Hijo de Dios. Y terminada la travesía, vinieron a tierra de Genesaret.”
Podemos esperar en algún momento de la vida ser sacudidos por
las turbulencias. Tal vez ya hemos experimentado algunas, y podemos estar
seguros de que vendrán más. Nuestra situación puede ser tan grave que nos
preguntamos: ¿Cómo voy a
salir de esto?
Piense en la vez que los discípulos se encontraban en las
turbulentas aguas del Mar de Galilea. La Biblia nos dice que las olas golpeaban
su embarcación, y que el viento les era contrario. En medio de la tormenta, los
discípulos pensaron que veían a un fantasma que se les acercaba. Estos hombres
adultos, algunos de los cuales eran experimentados pescadores, gritaron
atemorizados. Su temor no disminuyó hasta que se dieron cuenta de que era Jesús
caminando hacia ellos.
¿Qué sucedió cuando reconocieron que era el Señor?
Recibieron . . .
• Consuelo
en medio de la crisis. Se tranquilizaron cuando se dieron
cuenta de que Jesús estaba con ellos y de que Él los cuidaría.
• Valentía para enfrentar la prueba.
Pedro encontró la valentía para obedecer a Jesús y salir de la barca.
• Confianza para su futuro. Entendieron
que la presencia de Jesús no podía alejarse por los severos vientos.
¿Qué olas o vientos le están azotando? ¿Tiene temor? Pídale
al Señor que le muestre su presencia en su situación y que llene sus sentidos
con esa conciencia. Cierre sus ojos, e imagínelo a su lado sosteniéndole
fuertemente. Deje que sus oídos escuchen su susurro de confianza y amor.
Llene su mente con el conocimiento de sus promesas y sea fortalecido por la
fuerza, el consuelo y el valor que Él ofrece.
Amén, así es.
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