martes, 5 de agosto de 2014

“Un Ayudador Para Todas las Ocasiones”

Lectura bíblica en Juan 14:16-18 (Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre: el Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros, y estará en vosotros. No os dejaré huérfanos; vendré a vosotros.)

¿Ha deseado usted alguna vez tener una línea telefónica de emergencia que repique en el cielo? La verdad es que tenemos algo mucho mejor: el Espíritu Santo vive en nosotros para ayudarnos.

La noche antes de su crucifixión, el Señor Jesús dijo a sus discípulos que estaba a punto de partir. La noticia probablemente los entristeció, a pesar de que no era la primera vez que había hablado de su muerte. Pero el Señor afirmó que les enviaría otro Consolador o Ayudador. La palabra griega traducida como “otro” implica que el nuevo Ayudador sería como el anterior —en otras palabras, un ser divino con acceso al Padre celestial. Tal como lo prometió, el Espíritu de Dios viene a morar en cada persona que recibe a Jesucristo como Salvador (Hechos 2.1-4).

Nuestro Ayudador tiene un papel distintivo dentro de la Trinidad. El Padre reina sobre todo, en tanto que el Hijo está a su diestra intercediendo por los creyentes. Mientras tanto, el Espíritu Santo nos capacita para llevar a cabo la obra que Dios ha dispuesto que hagamos.

El Padre celestial sabía que no podíamos obedecerle sin ayuda; es por eso que Jesús dijo a los discípulos que permanecieran en Jerusalén hasta después de la llegada del Espíritu Santo. Sea lo que sea que estemos llamados a hacer en nuestra obediencia diaria, o en nuestra responsabilidad para toda la vida, nuestro Ayudador nos brinda dirección, y nos da fuerzas y aliento.

El Espíritu Santo es parte de nosotros, más que nuestros huesos y nuestra sangre. Somos privilegiados por tener un Ayudador divino que nos guía en el camino de la voluntad de Dios. (De Ministerios en Contacto).

Lectura antes de iniciar las labores: Job 11:2-15… Cuánta sabiduría!
2. ¿Las muchas palabras no han de tener respuesta? ¿Y el hombre que habla mucho será justificado?
3. ¿Harán tus falacias callar a los hombres? ¿Harás escarnio y no habrá quien te avergüence?
4. Tú dices: Mi doctrina es pura, Y yo soy limpio delante de tus ojos.
5. Mas ¡oh, quién diera que Dios hablara, Y abriera sus labios contigo,
6. Y te declarara los secretos de la sabiduría, Que son de doble valor que las riquezas!
Conocerías entonces que Dios te ha castigado menos de lo que tu iniquidad merece.
7. ¿Descubrirás tú los secretos de Dios? ¿Llegarás tú a la perfección del Todopoderoso?
8. Es más alta que los cielos; ¿qué harás? Es más profunda que el Seol; ¿cómo la conocerás?
9. Su dimensión es más extensa que la tierra, Y más ancha que el mar.
10. Si él pasa, y aprisiona, y llama a juicio, ¿Quién podrá contrarrestarle?
11. Porque él conoce a los hombres vanos; Ve asimismo la iniquidad, ¿y no hará caso?
12. El hombre vano se hará entendido, Cuando un pollino de asno montés nazca hombre.
13. Si tú dispusieres tu corazón, Y extendieres a él tus manos;
14. Si alguna iniquidad hubiere en tu mano, y la echares de ti, Y no consintieres que more en tu casa la injusticia,  15. Entonces levantarás tu rostro limpio de mancha, Y serás fuerte, y nada temerás;

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