jueves, 7 de agosto de 2014

“El Ayudador en el Estudio de la Biblia”

Lectura bíblica en 1 Corintios 2:12-16 (Y nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu que proviene de Dios, para que sepamos lo que Dios nos ha concedido, 13 lo cual también hablamos, no con palabras enseñadas por sabiduría humana, sino con las que enseña el Espíritu, acomodando lo espiritual a lo espiritual. 14 Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente. 15 En cambio el espiritual juzga todas las cosas; pero él no es juzgado de nadie. 16 Porque ¿quién conoció la mente del Señor? ¿Quién le instruirá? Mas nosotros tenemos la mente de Cristo.)

La Biblia es la revelación de la verdad de Dios, y está concebida para su uso regular por todo creyente. La presencia interior del Espíritu Santo es una necesidad, ya que es Él quien aclara el significado de la Palabra de Dios. El Espíritu Santo ilumina la mente de cada persona que busca realmente conocer a Dios.

Cuando leemos la Biblia, el Ayudador abre nuestro entendimiento para que conozcamos el verdadero significado del texto, de modo que podamos comprender sus implicaciones. Nunca podremos dejar de necesitarlo. Incluso un creyente con años de experiencia en el estudio de la Palabra, requiere de tanta revelación como un niño espiritual que acaba de recibir a Cristo. Recientemente, tuve motivos para recordar este hecho al leer un pasaje que había visto a menudo en mis estudios. Por primera vez, mi alma se abrió del todo a estos versículos, la verdad entró como un torbellino y me sentí revitalizado. Captar una nueva verdad nos anima a poner en práctica lo que hemos aprendido. Luego, cuando integramos esa verdad a nuestra vida, el Espíritu de Dios nos revela otra para hacernos cada vez más como nuestro Salvador.

Conocer a Dios y conformarse a la imagen de Jesucristo, son las más altas aspiraciones de la vida cristiana, y podemos lograr estos objetivos solo si conocemos y ponemos en práctica los principios bíblicos con un corazón limpio. Si queremos que el Espíritu Santo nos revele el significado de la Escritura, debemos pedirle primero que nos muestre nuestro pecado. Cuando nos arrepentimos de la falta que nos hace recordar a nuestro Ayudador, nuestro corazón se abre a su iluminación. (De Ministerios En Contacto)

Lectura antes de iniciar las labores: Salmos 14
1. Dice el necio en su corazón: No hay Dios. Se han corrompido, hacen obras abominables; No hay quien haga el bien.    2. Jehová miró desde los cielos sobre los hijos de los hombres, Para ver si había algún entendido, Que buscara a Dios.    3. Todos se desviaron, a una se han corrompido; No hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno.     4. ¿No tienen discernimiento todos los que hacen iniquidad, Que devoran a mi pueblo como si comiesen pan, Y a Jehová no invocan?    5. Ellos temblaron de espanto; Porque Dios está con la generación de los justos.    6. Del consejo del pobre se han burlado, Pero Jehová es su esperanza.     7. ¡Oh, que de Sion saliera la salvación de Israel! Cuando Jehová hiciere volver a los cautivos de su pueblo, Se gozará Jacob, y se alegrará Israel.

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