Lectura bíblica 2 Corintios 12:7-10 (Y para que la grandeza de las revelaciones no me exaltase desmedidamente, me fue dado un aguijón en mi carne, un mensajero de Satanás que me abofetee, para que no me enaltezca sobremanera; respecto a lo cual 3 veces he rogado al Señor, que lo quite de mí. Y me ha dicho: Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo. Por lo cual, por amor a Cristo me gozo en las debilidades, en afrentas, en necesidades, en persecuciones, en angustias; porque cuando soy débil, entonces soy fuerte.)
El Señor afirma que su gracia es suficiente para cada situación dolorosa que afrontemos. Por su abundante bondad, amor y misericordia, no tenemos que dejarnos vencer por el desaliento, renunciar a la esperanza, o alejarnos de su plan. Sabemos que la gracia de Dios está obrando en nosotros cuando...
Tenemos fuerzas para perseverar. Por medio del Espíritu Santo que mora en nosotros, Dios libera su poder sobrenatural en nuestra vida para que podamos seguir sin rendirnos (Hechos 1.8).
Un espíritu de confianza en Él se enciende en nuestros corazones. La gracia nos ayuda a creer que Dios sacará algún bien de nuestros problemas (Romanos 8.28).
Sentimos su presencia y nos concientizamos de su auxilio constante. Mantenemos nuestro enfoque en el Señor. La gracia nos ayuda a desviar la atención de nuestra situación y ver la suficiencia de Dios.
Confiamos que Dios nos dará la victoria. No simplemente para sacarnos a flote, sino para que nuestra fe crezca.
Estamos seguros de la soberanía de Dios. El Señor conoce nuestras debilidades. Por eso ha prometido poner un límite a nuestras pruebas —a lo que nuestras debilidades, fortalecidas por su poder, pueden soportar (1 Corintios 10.13).
El apóstol Pablo había sufrido naufragios, cárceles y golpizas, dificultades mucho peores a las que la mayoría de nosotros enfrentamos. Sin embargo, no se dio por vencido porque se acogía a la gracia de Dios que encontraba suficiente para cada circunstancia. ¿Dónde necesita usted una infusión de gracia para no darse por rendido? (De Encontacto.org)
Lectura antes de iniciar labores: Proverbios 10:2-12
Los tesoros de maldad no serán de provecho; Mas la justicia libra de muerte. Jehová no dejará padecer hambre al justo; Mas la iniquidad lanzará a los impíos. La mano negligente empobrece; Mas la mano de los diligentes enriquece. El que recoge en el verano es hombre entendido; El que duerme en el tiempo de la siega es hijo que avergüenza. Hay bendiciones sobre la cabeza del justo; Pero violencia cubrirá la boca de los impíos. La memoria del justo será bendita; Mas el nombre de los impíos se pudrirá. El sabio de corazón recibirá los mandamientos; Mas el necio de labios caerá. El que camina en integridad anda confiado; Mas el que pervierte sus caminos será quebrantado. El que guiña el ojo acarrea tristeza; Y el necio de labios será castigado. Manantial de vida es la boca del justo; Pero violencia cubrirá la boca de los impíos. El odio despierta rencillas; Pero el amor cubrirá todas las faltas.
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