Por: Wilda Messina, Rep. DominicanaComo cuerpo de Cristo, personas lavadas con Su preciosa Sangre! debemos tener presente que amarnos, apoyarnos y velar los unos por los otros es un mandato de Dios, el cual debemos cumplir y vivir cada día. Ahora bien, tomando como base nuestra simiente pecaminosa, por la cual nos dejamos seducir, tentar, y caemos; se pueden presentar situaciones por las cuales pudiera haber rechazo de los demás hermanos.
Hoy les quiero compartir lo que dice la Biblia sobre esas situaciones que nos pueden ocurrir a todos; pero también te quiero llevar a meditar que si alguna medida se ha de tomar, es con la finalidad de que nuestros hechos y corazones sean revisados y restaurados.
Si vamos a 1 Corintios 5, aunque se dan referencias puntuales (fornicación, avaricia, robo, maldicientes, borrachos, e idólatras), pudieran ser otras; ya que las obras de la carne (el pecado) es muy amplia y variada.
Pablo inicia hablando de que se oye ("...se murmura”) de esas cosas entre el pueblo de Dios, y que en vez de hablar del tema, lo que debemos hacer es lamentarnos de que hechos como esos acontezcan entre nosotros.
Si parafraseamos los versos 3 al 5, podemos decir: El juicio terrenal es importante, pero -para el cristiano- el juicio en el espíritu, con el poder de Jesucristo, es de mayor relevancia, ya que ese nos lleva a aplicarlo con la intención de que quien ha caído tengo la oportunidad de ser salvo en el día del Señor.
Ahora bien, por qué debe ser juzgado quien actúe en grave falta? Vayamos al verso 6…es que un poco de levadura puede leudar toda la masa. Un poquito de pecado, del cual nos hagamos de la vista larga, puede traer una cadena de muchos más; por lo que es necesario que nos limpiemos; pero con sinceridad y verdad.
Si nos vamos ahora a 2 Corintios 2: 7-8,11, Pablo nos ruega confirmar el amor para con el que cae, perdonarle y consolarle, para que no sea consumido en la tristeza (no se hunda aún mas); y así impedir que Satanás gane ventaja, y termine con destruir esa alma.
Apoyándonos en Gálatas 6; vemos razones más que suficientes para perdonar y consolar a aquellos que han caído. Como el hecho de que si andamos en el espíritu lo que procede es restaurarles con mansedumbre, considerándonos a nosotros mismos, no sea que también el maligno nos tiente, y también caigamos.
Una recomendación que vemos en el verso 4, es que nos sometamos a prueba, como quien dice: El que esté libre de pecado, arroje la primera piedra…
No nos engañemos; Dios no puede ser burlado: todo lo que sembremos, cosecharemos (vs. 7). Nunca nos cansemos de hacer el bien. Y mucho más a los de la familia de la fe. Y lo que hagamos, que no sea para gloriarnos nosotros, sino en la cruz de Cristo; ya que fuera de Él, cualquier cosa que se haga de nada vale.
Finalizando, en Gálatas 6.16, hay una hermosa recompensa: Y a todos los que anden conforme a esta regla, tengan paz y misericordia!
Dios te bendiga!
WMV
01.04.2014
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