lunes, 28 de abril de 2014

“Bautizados a Una Nueva Vida”

Lectura bíblica en Romanos 6.1-7 (¿Qué, pues, diremos? ¿Perseveraremos en el pecado para que la gracia abunde? En ninguna manera. Porque los que hemos muerto al pecado, ¿cómo viviremos aún en él? ¿O no sabéis que todos los que hemos sido bautizados en Cristo Jesús, hemos sido bautizados en su muerte? Porque somos sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo, a fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida nueva. Porque si fuimos plantados juntamente con él en la semejanza de su muerte, así también lo seremos en la de su resurrección; sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado juntamente con él, para que el cuerpo del pecado sea destruido, a fin de que no sirvamos más al pecado. Porque el que ha muerto, ha sido justificado del pecado. )

La sección de libros de autoayuda de las librerías no se vería tan concurrida si más personas aceptaran la solución de Dios para su bienestar. La redención del hombre no es la superación personal, sino el reemplazo total de la vieja naturaleza “carnal”.(1)

Quienes reciben a Jesús como Salvador y aceptan su sacrificio por su pecado, son crucificados juntamente con Él. Su viejo yo, lleno de pecado muere, y un nuevo Espíritu sin mancha hace su residencia en el interior de la persona. El bautismo es un acto simbólico que representa la transición de muerte a vida. No solo simboliza la muerte, la sepultura y la resurrección de Jesús, sino también manifiesta nuestra experiencia de ser sepultados con el Cristo crucificado, y resucitados para vivir con Él.

En nuestra nueva vida, somos libres de la esclavitud del pecado, y aunque nos parezca que no podemos alcanzar una vida de santidad, nos esforzamos más para hacer lo correcto. A veces, volvemos a la sección de autoayuda, cuando lo que deberíamos hacer es volver al Libertador. Al redimirnos, Cristo se convirtió en nuestra vida. Él vive en nosotros por su Espíritu que mora en nuestro interior, y seguirá viviendo si le permitimos que lo haga.

Las personas no pueden cambiarse a sí mismas. Jesús llama a los creyentes a una relación en la que son transformados. Cuando Él es el centro de nuestra vida —cuando leemos con entusiasmo la Sagrada Escritura, oramos pidiendo que se haga su voluntad, y procuramos andar en su senda— cambiamos positiva y permanentemente. (De Encontacto.org)

(1) Naturaleza carnal: Vida orientada a satisfacer los deseos de tu cuerpo, de lo que crees es correcto porque te trae satisfacción en la carne; y no en el espíritu.

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