MEDITACION 14.1.14
2 Timoteo 4:16-18 (En mi primera defensa ninguno estuvo a mi lado, sino que todos me desampararon; no les sea tomado en cuenta. Pero el Señor estuvo a mi lado, y me dio fuerzas, para que por mí fuese cumplida la predicación, y que todos los gentiles oyesen. Así fui librado de la boca del león. Y el Señor me librará de toda obra mala, y me preservará para su reino celestial. A él sea gloria por los siglos de los siglos. Amén. )
Muchos hemos experimentado algún tipo de abandono. Pudo haber sido de nuestros padres (por muerte o alguna otra circunstancia), de un cónyuge que se alejó, un compañero de trabajo que nos ignoró, o un amigo cercano que estaba demasiado ocupado para ayudarnos. La vida del apóstol Pablo nos enseña cómo evitar el desánimo en tales situaciones.
Recuerde que el Señor está siempre con nosotros. Cuando ponemos nuestra fe en Jesús como Salvador, comenzamos a relacionarnos de manera personal con Él, y su Espíritu viene a vivir en nosotros. Por medio del Espíritu Santo, el Señor Jesús está con nosotros en todo momento, no importa la circunstancia. Él es nuestro amigo —uno que nunca nos dejará. Su amistad es la relación más importante que tenemos, y leer nuestra Biblia nos ayudará a jamás olvidarlo.
Encuentre fuerzas en Dios. Por medio del Espíritu Santo, tenemos acceso al poder divino cada minuto del día. Si renunciamos a tener el control, y dependemos del Señor, seremos capaces de encontrar la fortaleza que solo Él puede dar. Entonces, si nuestros familiares o amigos nos hieren, la presencia de Jesús nos dará consuelo y ayuda para perdonarles.
Busque con anhelo su liberación. Pablo testificó que el Señor lo había rescatado y que lo seguiría liberando de toda situación mala. El apóstol sabía que podía confiar en Dios siempre.
Pablo enfrentó muchas situaciones dolorosas sin la ayuda de sus amigos. Hacia el fin de su vida, quienes se interesaban por él estaban muy dispersos. Pero su actitud se mantuvo esperanzada porque Cristo era su Amigo fiel. (De Encontacto.org)
Y yo te pregunto…. Quieres que sea Cristo tu amigo fiel?
Hoy es un buen día para recibir a Jesús como tu amigo fiel. Solo tienes que decirle –de todo corazón: Señor reconozco que soy pecador y que te necesito; deposito en tus manos mi alma, mi mente y mi corazón, entregándote a ti el control total de lo que soy. También te pido, Señor, que escribas mi nombre en el libro de la vida, y que no lo borres jamás. Ayúdame a serte fiel y a caminar según tu voluntad. En el nombre de Jesús, Amén.
Dios bendiga sus vidas con Su palabra, las grabe en sus corazones, y les ayude a ponerlas por obra!
No hay comentarios:
Publicar un comentario