martes, 12 de noviembre de 2013

La Fe Vacilante

“La Fe Vacilante”

Santiago 1:2-8 ( Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas, sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia. Mas tenga la paciencia su obra completa, para que seáis perfectos y cabales, sin que os falte cosa alguna. Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada. Pero pida con fe, no dudando nada; porque el que duda es semejante a la onda del mar, que es arrastrada por el viento y echada de una parte a otra. No piense, pues, quien tal haga, que recibirá cosa alguna del Señor. El hombre de doble ánimo es inconstante en todos sus caminos. )

El primer capítulo de Santiago enseña cómo responder adecuadamente ante las pruebas. En las circunstancias difíciles, el corazón se purifica y la fe se fortalece. Sin embargo, para responder de manera correcta, debemos pedir sabiduría a Dios. Santiago señala entonces un principio: “Pero pida con fe, no dudando nada; porque el que duda es semejante a la onda del mar, que es arrastrada por el viento” (v. 6). En otras palabras, no debemos dudar de que Dios responderá de la manera en que lo ha prometido. La fe vacilante pone trabas al plan de Dios.

El pecado no reconocido es, por lo general, una de las causas de la fe vacilante, que nos hace enfocarnos en las circunstancias antes que en Cristo. Pero la incertidumbre puede con frecuencia remontarse a nuestra débil vida de oración. Muchos creyentes hacen peticiones poco detalladas: “Señor, Tú sabes lo que está pasando conmigo, y lo que necesito”. Si un creyente no está seguro de lo que está pidiendo, simplemente no puede tener la confianza de que el Señor responderá.

Algunas veces nuestra necesidad es obvia, y podemos pedir a Dios por ella de inmediato. En otras circunstancias, debemos buscar su voluntad antes de que podamos saber cómo pedirle: “Padre, tú has prometido que si confío en ti y no me apoyo en mi propia prudencia, enderezarás mis veredas. Por tanto, estoy esperando instrucciones claras de ti”.

Puesto que Dios anhela que sus hijos tomen decisiones correctas, Él se ha comprometido a mostrarnos su voluntad cuando se la pidamos. Sea lo que sea que Él ponga en su corazón, comience a orar de manera específica y a obedecer fielmente. (De Encontacto.org)

No hay comentarios:

Publicar un comentario

NADIE SE APARTA DEMASIADO DE DIOS

14.05.2024         HECHOS 9.18-20   “Y al momento le cayeron de los ojos como escamas, y recibió al instante la vista; y levantándose, fue...