viernes, 27 de septiembre de 2013

“Un Testimonio de Fe”


Hechos 8:5-39 (En resumen… Felipe, en Samaria, predicaba a Cristo; muchos con espíritus inmundos, paralíticos y cojos eran sanados. Simón, un hombre que antes ejercía la magia y se hacía pasar por grande decía: Este es el gran poder de Dios. Le atendían porque con sus artes mágicas les había engañado mucho tiempo. Pero cuando creyeron a Felipe, su anuncio del evangelio del reino de Dios y de Jesucristo, se bautizaban; también Simón creyó, se bautizó y estaba siempre con Felipe. Cuando los apóstoles de Jerusalén oyeron que Samaria había recibido palabra de Dios, enviaron a Pedro y a Juan; para que oraran por ellos y recibieran el Espíritu Santo; ya que solamente habían sido bautizados en el nombre de Jesús. Estos les imponían las manos, y recibían el Espíritu Santo. Cuando vio Simón que por imposición de manos se daba el Espíritu Santo, ofreció dinero a los apóstoles, diciendo: Dadme también a mí este poder, para que cualquiera a quien yo impusiere las manos reciba el Espíritu Santo. Pedro le dijo: Tu dinero perezca contigo, porque el don de Dios no se obtiene con dinero…arrepiéntete de tu maldad. Simón le dijo: Ruega por mí al Señor, para que nada de esto que has dicho venga sobre mí. Luego un ángel del Señor habló a Felipe, diciendo: Levántate y ve hacia el sur; y sucedió que un etíope que había venido a Jerusalén para adorar, sentado en su carro leía al profeta Isaías. Y el Espíritu dijo a Felipe: Acércate a ese carro. Felipe oyó que leía al profeta Isaías, y le dijo: ¿Entiendes lo que lees? El dijo: ¿Cómo podré, si no me enseñan? Y rogó a Felipe que le explicara de quién el profeta Isaías decía eso que había leído. Felipe, con esta escritura, le anunció el evangelio de Jesús. Luego llegaron a un lugar donde había agua, y dijo el eunuco ¿qué impide que yo sea bautizado? Felipe dijo: Si crees de todo corazón, puedes. Y dijo: Creo que Jesucristo es el Hijo de Dios. Mandó a parar el carro; descendieron ambos al agua, y le bautizó. Cuando subieron del agua, el Espíritu del Señor arrebató a Felipe; y el eunuco no le vio más…siguió gozoso su camino).

Ayer mencionamos tres aspectos del testimonio personal del cristiano. Hoy daremos un vistazo a un personaje bíblico que ejemplificó estas cualidades. En Hechos 8.5, 6, Felipe llevó las buenas nuevas de Jesucristo a Samaria, y la multitud lo escuchó con atención. Debió haber sido emocionante para él ver tan cálida receptividad al evangelio. Pero, a pesar de esto, él demostró obediencia al Señor al cumplir de inmediato la orden de partir y llevar el mensaje a Gaza. El carácter piadoso de Felipe fue evidente por su sensibilidad al llamado del Señor, y por su disposición a obedecer en el acto, sin importar el costo.

También vemos que la conducta de Felipe estaba acorde con su carácter. Permitía que los principios correctos lo guiaran, y sus acciones estaban en armonía con sus convicciones. De haber decidido Felipe desobedecer al Señor, o si su fe no hubiera sido genuina, su conducta habría revelado motivos contrarios a Dios, y su testimonio habría carecido de valor.

Ya sea que Felipe se dirigiera a grandes multitudes, o hablara con una sola persona, sus palabras apuntaban a Jesucristo. En los vv. 25-39, enseñó las Sagradas Escrituras a un viajero, y lo bautizó. Felipe pensaba cuidadosamente sus palabras, y se aseguraba de que ellas dirigieran a otros al Salvador.

Felipe es ejemplo de un creyente que confiaba en Cristo, sin importar la situación. Su fe firme y fervorosa se revelaba en la manera como testificaba con su vida. Cuando usted enfrente diferentes situaciones en el día, trate de ser como Felipe. Permita que el Señor guíe su carácter, su conducta y sus palabras.

(De Encontacto.org)

27 de Septiembre “Día Nacional de la Biblia"  en la República Dominicana.

Te invito a leerla cada día, porque ella es:
Inspirada por Dios, útil para enseñar, para redargüir,
corregir, y para instruir en justicia !!!
(2 Timoteo 3:16)

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