sábado, 20 de julio de 2013

“De Nuevo a la Vida”



Testimonio Wilda Messina, Julio 2013

Inicio compartiendo lo que dice en Deuteronomio 3:22  "No temas; porque Jehová Dios, es el que pelea por nosotros." 

El sábado 13, en la noche, sentí una leve tos, que entendía era garganta seca. Al amanecer (domingo) ya estaba con fiebre en 39 y dolores en el cuerpo. Me dirigí al servicio médico de mi iglesia, donde me atendieron.

Me pasé el día muy mal físicamente.  Y en la noche no pude dormir con todos los síntomas que tenía.  El lunes decidí ir a emergencia de una clínica cercana. Llegué con fiebre en 39.2, no podía respirar, ni casi hablar; tenía una congestión muy fuerte y me estaba asfixiando. Me inyectaron un calmante, me nebulizaron por 2 veces y me indicaron una radiografía del tórax.

Cuando le llevo la radiografía a la doctora, veo que la pasan de médico en médico… esto me hizo entender que algo no estaba bien.  Luego me dice que existe una acentuación de la trama bronco vascular bilateral con proceso inflamatorio e infeccioso, por lo cual sugería internamiento inmediato.  Le comento que si no había otra opción, a lo cual me dijo: Inyecciones intramusculares de antibiótico, y que de no ceder en 5 días, tendría que ingresarme.

El martes amanecí más muerta que viva, todo era insoportable, me asfixiaba, mis huesos y mi cabeza se estrellaban del dolor.  Decido ir donde un neumólogo, quien al ver mis síntomas y la radiografía, me dijo que estaba frente a un proceso de bronquitis sibilantemente agudo (lo cual corresponde al virus H1N1). Me suspendió las inyecciones indicadas el día anterior y me puso un nuevo tratamiento, reclusión en la casa y varias medidas de precaución.

Ahora, vayámonos a una parte de la historia bien impactante... retrocedamos:  El sábado 13 -en la tarde- llamó una de mis hermanas y me dijo: Tengo algo que decirte, pero estoy muy ocupada y prefiero que hablemos luego.  El domingo en la noche yo la llamé -pues me pareció extraña su llamada, pero no nos comunicamos. 

Avancemos nuevamente… Ese martes 17 de julio, a las 3 AM, sin poder dormir –lo cual no había vuelto a hacer desde el sábado- me senté en una silla y comencé a marearme, a perder fuerzas, a tener unos sudores exagerados (caían como goterones de todas partes de mi cuerpo), tenía náuseas, me enfrié como un hielo, se me flojearon los intestinos, vejiga… todo.

Luego, me dirijo al baño, me miro al espejo y veo una imagen de una persona blanca como papel, cara de esqueleto…solo huesos; y yo perdía todos mis fluidos corporales, así como los síntomas vitales.

En ese momento clamé a Dios diciendo: Señor, tú no me has abandonado en este proceso, y sé que tampoco lo vas a hacer ahora, yo te pido que mandes tus ángeles conmigo, que sigas teniendo el control, y no me dejes sola. Ayúdame Señor!

Luego, como pude, fui hasta mi cama, traté de tomarme la presión, pero no funcionó el aparato, no se registró nada… Pensé: creo que ya me dio un infarto y me fui.  Ahí quedé tirada -como inconsciente, pero sudaba copiosamente…comencé a sentirme diferente, me dije: estoy volviendo a la vida!

Temprano en la mañana, me llaman mis hermanas para saber de mí, y les cuento lo que me pasó... Y gran sorpresa!  Mis hermanas me contaron que a partir de las 2:30 AM algo las inquietó para hacer un clamor por mí, sintieron que la muerte me estaba rondando. Cinco de mis hermanas se habían unido en un clamor por mí al Señor... de 3 diferentes casas, y sin haberse combinado!

La hermana que me había dicho que tenía algo que decirme, me contó lo siguiente: Cuando tú y yo hablamos el sábado, hacía 5 minutos que yo había escuchado una voz que decía: "Wilda va a morir", y que de inmediato reprendió esa voz.  Cuando ella supo que yo caí enferma, sintió mucho miedo, y oraba sin parar. 

Ella había compartido eso con las otras hermanas, por lo cual también ellas oraban. Pero ninguna me lo quiso compartir, por el temor que sintieron de la voz escuchada por una de ellas.

Unas de mis hermanas me contó que, cuando se levantó esa noche cerca de las 3AM, le decía al Señor: Tú nunca la has dejado, manda tus ángeles con ella, para que la protejan, y que ella sepa que no está sola, cuídala Señor.  (Casi las mismas palabras que yo clamé al Señor en el momento de mi gran angustia y desesperación).

Aquí cabe mencionar a Romanos 8:26 “Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles”.   Hubo un clamor indecible, el cual el mismo Espíritu puso en cada una de mis hermanas.  El Señor, conoce hasta dónde son nuestras fuerzas, y sabía que yo necesitaba refuerzos; e hizo que ellas se levantaran por mí, en pie de lucha!

Otra parte impactante, es que temprano le conté a mis hijos todo lo acontecido. Mi hijo más pequeño se quedó atónito, porque precisamente a las 3 AM, tuvo que tirarse a orar por mí, porque veía un espíritu de muerte que me rondaba, dijo que lloraba y clamaba a Dios...y con gran dolor.

Por otro lado, a todas esas personas le conté que el 29 de mayo/13, yo había leído unas palabras en Daniel 9:22-25, donde entendía que  el Señor me había dado unas palabras; las cuales interpreté que se referían a un hecho que me acontecería, para el 17 de julio, como interpreté que señalaba en el verso 25 "habrá 7 semanas".  Incluso lo tenía en mi agenda, como expectativa.   Yo no había entendido del todo esos versos, pero los tenía muy presente…quería saber qué acontecería.

En la noche enciendo la PC, y veo un artículo que dice “Ataques cardíacos y agua!”, decía lo siguiente: "La mayoría de los ataques cardíacos se producen en el día, tener uno en la noche, significa que algo raro pasó.  Estudiosos han estado trabajando para demostrar que la apnea del sueño (falta de sueño y asfixia) es culpable (yo no dormía ni comía, desde el sábado 13). Hay otros síntomas de un ataque al corazón, además del dolor en el brazo izquierdo, también hay que tener en cuenta náuseas y un montón de sudor, los cuales son síntomas con menos frecuencia."

Leer esto me impactó aún más, incluso llamé a mis hermanas para compartírselo.  Comencé a ver mucho más claro:  1 voz que dijo: "Wilda morirá"; una enfermedad imprevista, "un relativo infarto", falta de sueño por varios días; un grupo de personas "involucradas", para testificar... Y a todo ésto, unos días después…todo había pasado!... Pero que había algo muy profundo para meditar y ejecutar.

Más adelante, vino a casa una doctora amiga, le mostré las radiografías que me habían tomado. Me dijo: Pero eso da muerte; y veo que tus pulmones están ventilando perfectamente. Incluso ese día en la tarde volví a dormir y a comer! Todo mejoró considerablemente. Y todos a glorificar al Padre y a Su Santo Espíritu, por su manifestación, providencia y misericordia tan grande para con su amada hija, como dice en verso 23.

El Señor me llevó a entender que con todo esto Él trae sabiduría y entendimiento (verso 22). Que es preciso restaurar y edificar (verso 25), que no hay tiempo que perder, y que viva-ejecute la visión (verso 23) -que la viva totalmente; que el tiempo se acaba, porque luego habrá que edificar en tiempos muy angustiosos.

Yo puedo decir, a gran voz: Hoy sigo viva, fui arrebatada de las manos de la muerte.  Pero hubo y hay un gran protagonista: Jehová de los ejércitos, el Sanador, el Rey de gloria, el Poderoso en batalla.  A ese que le di el mando de mi vida el 7 de octubre del 2007.

Con ese, luego de darme esta nueva oportunidad, me comprometo, aún más, a serle fiel, a decirle:  Heme aquí Señor, haz de mí como quieras…soy tu vaso…y tú mi alfarero!

Dios es real.  Solo hay que decidirse a servirle, serle fiel… y lo veremos actuar a nuestro favor!.  No temeré; porque Jehová Dios, es el que pelea por mí!!!   

Wilda Messina

Arrebatada de la muerte el 17.7.2013 a las 3 AM

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