Testimonio Wilda Messina, Julio 2013
Inicio compartiendo lo que
dice en Deuteronomio 3:22 "No temas; porque Jehová Dios, es
el que pelea por nosotros."
El sábado 13, en la noche, sentí una leve tos, que entendía
era garganta seca. Al amanecer (domingo) ya estaba con fiebre en 39 y
dolores en el cuerpo. Me dirigí al servicio médico de mi iglesia, donde
me atendieron.
Me pasé el día muy mal físicamente. Y en la noche no
pude dormir con todos los síntomas que tenía. El lunes decidí ir a
emergencia de una clínica cercana. Llegué con fiebre en 39.2, no podía
respirar, ni casi hablar; tenía una congestión muy fuerte y me estaba
asfixiando. Me inyectaron un calmante, me nebulizaron por 2 veces y me
indicaron una radiografía del tórax.
Cuando le llevo la radiografía a la doctora, veo que la
pasan de médico en médico… esto me hizo entender que algo no estaba bien.
Luego me dice que existe una acentuación de la trama bronco vascular
bilateral con proceso inflamatorio e infeccioso, por lo cual sugería
internamiento inmediato. Le comento que si no había otra opción, a lo
cual me dijo: Inyecciones intramusculares de antibiótico, y que de no ceder en
5 días, tendría que ingresarme.
El martes amanecí más muerta que viva, todo era
insoportable, me asfixiaba, mis huesos y mi cabeza se estrellaban del dolor.
Decido ir donde un neumólogo, quien al ver mis síntomas y la radiografía,
me dijo que estaba frente a un proceso de bronquitis sibilantemente agudo (lo cual corresponde al virus H1N1). Me suspendió las inyecciones indicadas
el día anterior y me puso un nuevo tratamiento, reclusión en la casa y varias
medidas de precaución.
Ahora, vayámonos a una parte de la historia bien
impactante... retrocedamos: El sábado 13
-en la tarde- llamó una de mis hermanas y me dijo: Tengo algo que decirte, pero
estoy muy ocupada y prefiero que hablemos luego. El domingo en la noche yo
la llamé -pues me pareció extraña su llamada, pero no nos comunicamos.
Avancemos nuevamente… Ese martes 17 de julio, a las 3 AM,
sin poder dormir –lo cual no había vuelto a hacer desde el sábado- me senté en
una silla y comencé a marearme, a perder fuerzas, a tener unos sudores
exagerados (caían como goterones de todas partes de mi cuerpo), tenía náuseas,
me enfrié como un hielo, se me flojearon los intestinos, vejiga… todo.
Luego, me dirijo al baño, me miro al espejo y veo una imagen
de una persona blanca como papel, cara de esqueleto…solo huesos; y yo perdía
todos mis fluidos corporales, así como los síntomas vitales.
En ese momento clamé a Dios diciendo: Señor, tú no me has
abandonado en este proceso, y sé que tampoco lo vas a hacer ahora, yo te pido
que mandes tus ángeles conmigo, que sigas teniendo el control, y no me dejes
sola. Ayúdame Señor!
Luego, como pude, fui hasta mi cama, traté de tomarme la
presión, pero no funcionó el aparato, no se registró nada… Pensé: creo que ya
me dio un infarto y me fui. Ahí quedé tirada
-como inconsciente, pero sudaba copiosamente…comencé a sentirme diferente, me
dije: estoy volviendo a la vida!
Temprano en la mañana, me llaman mis hermanas para saber de mí, y les
cuento lo que me pasó... Y gran sorpresa! Mis hermanas me contaron que a partir
de las 2:30 AM algo las inquietó para hacer un clamor por mí, sintieron que la
muerte me estaba rondando. Cinco de mis hermanas se habían unido en un clamor por mí al Señor... de 3
diferentes casas, y sin haberse combinado!
La hermana que me había dicho que tenía algo que decirme, me
contó lo siguiente: Cuando tú y yo hablamos el sábado, hacía 5 minutos que yo
había escuchado una voz que decía: "Wilda va a morir", y que de
inmediato reprendió esa voz. Cuando ella supo que yo caí enferma, sintió
mucho miedo, y oraba sin parar.
Ella había compartido eso con las otras hermanas, por lo
cual también ellas oraban. Pero ninguna me lo quiso compartir, por el temor que
sintieron de la voz escuchada por una de ellas.
Unas de mis hermanas me contó que, cuando se levantó esa
noche cerca de las 3AM, le decía al Señor: Tú nunca la has dejado, manda tus
ángeles con ella, para que la protejan, y que ella sepa que no está sola,
cuídala Señor. (Casi las mismas palabras que yo clamé al Señor en el
momento de mi gran angustia y desesperación).
Aquí cabe mencionar a Romanos 8:26 “Y de igual manera
el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como
conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con
gemidos indecibles”. Hubo un clamor
indecible, el cual el mismo Espíritu puso en cada una de mis hermanas. El Señor, conoce hasta dónde son nuestras fuerzas, y sabía que yo necesitaba refuerzos; e hizo que ellas se levantaran por mí, en pie de lucha!
Otra parte impactante, es que temprano le conté a mis hijos todo lo acontecido. Mi hijo más pequeño se quedó atónito, porque
precisamente a las 3 AM, tuvo que tirarse a orar por mí, porque veía un
espíritu de muerte que me rondaba, dijo que lloraba y clamaba a Dios...y con
gran dolor.
Por otro lado, a todas esas personas le conté que el 29 de
mayo/13, yo había leído unas palabras en Daniel 9:22-25, donde entendía que el Señor me había dado unas palabras; las cuales
interpreté que se referían a un hecho que me acontecería, para el 17 de julio,
como interpreté que señalaba en el verso 25 "habrá 7 semanas". Incluso lo tenía en mi agenda, como
expectativa. Yo no había entendido del
todo esos versos, pero los tenía muy presente…quería saber qué acontecería.
En la noche enciendo la PC, y veo un artículo que dice
“Ataques cardíacos y agua!”, decía lo siguiente: "La mayoría de los
ataques cardíacos se producen en el día, tener uno en la noche, significa que
algo raro pasó. Estudiosos han estado trabajando para demostrar que la
apnea del sueño (falta de sueño y asfixia) es culpable (yo no dormía ni comía,
desde el sábado 13). Hay otros síntomas de un ataque al corazón, además del
dolor en el brazo izquierdo, también hay que tener en cuenta náuseas y un
montón de sudor, los cuales son síntomas con menos frecuencia."
Leer esto me impactó aún más, incluso llamé a mis
hermanas para compartírselo. Comencé a ver mucho más claro: 1 voz
que dijo: "Wilda morirá"; una enfermedad imprevista, "un relativo infarto", falta de sueño
por varios días; un grupo de
personas "involucradas", para testificar... Y a todo ésto, unos días después…todo
había pasado!... Pero que había algo muy profundo para meditar y ejecutar.
Más adelante, vino a casa una doctora amiga, le mostré las
radiografías que me habían tomado. Me dijo: Pero eso da muerte; y veo que tus
pulmones están ventilando perfectamente. Incluso ese día en la tarde volví
a dormir y a comer! Todo mejoró
considerablemente. Y todos a glorificar al Padre y a Su Santo Espíritu, por su
manifestación, providencia y misericordia tan grande para con su amada hija,
como dice en verso 23.
El Señor me llevó a entender que con todo esto Él trae
sabiduría y entendimiento (verso 22). Que es preciso restaurar y
edificar (verso 25), que no hay tiempo que perder, y que viva-ejecute la visión
(verso 23) -que la viva totalmente; que el tiempo se acaba, porque luego habrá
que edificar en tiempos muy angustiosos.
Yo puedo decir, a gran voz: Hoy sigo viva, fui arrebatada de
las manos de la muerte. Pero hubo y hay un gran protagonista: Jehová de los
ejércitos, el Sanador, el Rey de gloria, el Poderoso en batalla.
A ese que le di el mando de mi vida el 7 de octubre del 2007.
Con ese, luego de darme esta nueva
oportunidad, me comprometo, aún más, a serle fiel, a decirle: Heme
aquí Señor, haz de mí como quieras…soy tu vaso…y tú mi alfarero!
Dios es real. Solo hay que decidirse a servirle,
serle fiel… y lo veremos actuar a nuestro favor!. No temeré; porque Jehová Dios, es el que
pelea por mí!!!
Wilda Messina
Arrebatada de la muerte el 17.7.2013 a las 3 AM
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