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| ROMANOS 8.16-18 (El Espíritu mismo da
testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios. Y
si hijos, también herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo, si es que padecemos
juntamente con él, para que juntamente con él seamos glorificados. Pues
tengo por cierto que las aflicciones del tiempo presente no son comparables con
la gloria venidera que en nosotros ha de manifestarse.)
Cuando surgen las dificultades, ¿cómo puede usted estar seguro de que está respondiendo de la manera que agrada al Señor? Aquí tiene un acróstico de la palabra adversidad, que le dice los pasos que debe seguir:
Acepte los acontecimientos de su
vida como parte de la preparación de Dios.
Decida seguir el modo como Jesús respondía a las pruebas.
Virar a la derecha o a la izquierda no ayudará en nada, sino mantenerse en el camino de la obediencia.
Espere que el Espíritu Santo le ayude a crecer por medio de las dificultades.
Recuerde cómo el Señor le ha ayudado en el pasado.
Su rostro debe ser como un pedernal (Is 50.7) para soportar las pruebas sin desfallecer.
Invierta más tiempo con Dios.
Deposite su confianza en el Señor, especialmente cuando no entienda.
Anhele estar listo para el regreso de nuestro Salvador.
Dedique tiempo para orar.
Virar a la derecha o a la izquierda no ayudará en nada, sino mantenerse en el camino de la obediencia.
Espere que el Espíritu Santo le ayude a crecer por medio de las dificultades.
Recuerde cómo el Señor le ha ayudado en el pasado.
Su rostro debe ser como un pedernal (Is 50.7) para soportar las pruebas sin desfallecer.
Invierta más tiempo con Dios.
Deposite su confianza en el Señor, especialmente cuando no entienda.
Anhele estar listo para el regreso de nuestro Salvador.
Dedique tiempo para orar.
La adversidad, o bien nos
fortalece, o bien nos debilita. Algunas personas endurecen su corazón y se
rebelan contra Dios en tiempos de adversidad, pero las que saben cómo responder
son ablandadas por los problemas, y quebrantadas.
Cuando viene del Señor, el
quebrantamiento es algo positivo que nos prepara, equipa, energiza y fortalece
como hijos del Rey. Llegaremos a conocer la comunión de los sufrimientos de
Jesús y proclamar como Pablo: “Porque esta leve tribulación momentánea produce
en nosotros un cada vez más excelente y eterno peso de gloria” (2 Co 4.17). (De Encontacto.org)
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Comentario:
Una adversidad, es siempre una oportunidad para renovar nuestros pensamientos, acciones, y actitudes!
Dios te bendiga
Wilda
30.5.13
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