MATEO 22.35-40 ( Y uno de ellos, intérprete de la ley, preguntó por tentarle, diciendo: 36 Maestro, ¿cuál es el gran mandamiento en la ley? 37 Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. 38 Este es el primero y grande mandamiento. 39 Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. 40 De estos dos mandamientos depende toda la ley y los profetas)
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Jesús dijo a sus discípulos: “Todas las cosas que queráis que los hombres hagan con vosotros, así también haced vosotros con ellos” (Mt 7.12). A este código de conducta se le conoce, por lo general, como la regla de oro.
En teoría, estamos de acuerdo en que es un buen precepto, sin embargo, nos resulta difícil cumplirlo. Si hiciéramos una lista de las maneras que esperaríamos ser tratados, y luego la comparáramos con nuestra propia conducta, probablemente no daríamos la talla.
Por supuesto, es fácil amar a quienes nos tratan bien. Pero ¿cómo respondemos cuando somos ofendidos? La verdad es que el Señor nos manda a amar todo el tiempo. No importa cómo seamos tratados, debemos pensar en las cualidades que valoramos —lealtad, confianza, perdón y aceptación.
Lamentablemente, nuestra sociedad estimula el egoísmo, la codicia y el orgullo, que son enemigos del amor que Jesús ordenó. Pero cuando nos preocupamos por los demás de la manera que el Señor dicta, las relaciones pueden hacerse más profundas y crecer.
Tratar a los demás con esta clase de amor no es natural ni fácil. En realidad, amar como Jesús mandó es imposible humanamente. Pero cuando confiamos en Cristo como nuestro Salvador, el Espíritu Santo nos da fuerzas (Gá 2.20).
Dedique tiempo para pensar en las maneras en que espera que los demás le traten. Ahora pregúntese: ¿Es así como yo trato a la gente? Pídale a Dios que le revele un aspecto en el que Él quiera ayudarle a poner en práctica la regla de oro. (De encontacto.org)
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Comentario:
Mis observaciones de hoy:
De los 10 mandamientos (que en su principio fueron dictados desde la misma voluntad y dedo de Dios -Éxodo 31.18-, como regla de vida; por todo lo que en esos momentos estaba aconteciendo), cuando llega a nosotros Jesús, estos pasaron a ser de los 10 tan solo 2.
En estos 2 se concentran los restantes. Quizás te preguntarás y cómo así, ya los demás no están vigentes? Sí y no. Jesús, hablando con los discípulos, lo cual podemos ver en Mateo 5.17 dijo”No piensen que he venido para abolir la ley (mandamientos) o los profetas; sino para cumplir”.
Viéndolo de manera llana y sencilla, lo que Jesús hizo fue enfocarse en que quien ama realmente a Dios y se ama a sí mismo, es incapaz de hacer algo perverso en contra de los demás; por ende no matará, no robará, no adulterará, no codiciará , no mentirá, no tendrá dioses ajenos, etc, etc, etc.
Cumplir esos 2 (antes 10) resulta bien difícil para los seres humanos, como resultado de la tendencia pecaminosa, pero SI se puede. Jesús y el Espíritu Santo, nos pueden guiar y enseñar a amar con ese grande amor con el cual él nos amó y por el cual nunca cometió pecado.
Vamos a pedirle al Señor que nos de las herramientas necesarias y la convicción para poder hacer realidad en nuestras vidas esos 2 grandes mandamientos…
Amar al Señor nuestro Dios con todo el corazón, con toda el alma, y con toda la mente; Y Amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos.
Y para finalizar, les dejo con Mateo 5.19 “De manera que cualquiera que quebrante uno de estos mandamientos, y así enseñe a los hombres, será llamado pequeño en el reino de los cielos; mas cualquiera que los haga y los enseñe, éste será llamado grande en el reino de los cielos!”
Dios te bendiga
Wilda
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