A continuación les presento el mensaje de reflexión que me tocara compartir, en el Matutino de mi iglesia Mahanaim, en esta mañana; el cual espero sea de bendición para sus vidas!
Lectura en Lucas 24:46-48 “Y les dijo: Así está escrito, y así fue necesario que el Cristo padeciese, y resucitase de los muertos al tercer día; y que se predicase en su nombre el arrepentimiento y el perdón de pecados en todas las naciones, comenzando desde Jerusalén. Y vosotros sois testigos de estas cosas.
El cielo y el corazón de Dios es el lugar desde donde proviene el evangelio. El evangelio es para creerlo, y confiar para salvación.
Podríamos asemejar el cielo como un país distante. Pero fíjense en esto: Cuánto nos atraen las cosas de países lejanos, cuánto nos gusta hablar sobre esos países de los cuales solamente hemos escuchado a otros? Y cuando nos dan un regalo grande y bueno, no nos queremos callar hablando sobre ello… Pero que poco interés le ponemos a ese lugar y a ese regalo tan hermoso (la salvación de nuestra alama), que viene desde el mismo corazón de Dios, que parece que solo es para nosotros, y que solo nosotros lo merecemos.
El mensaje del evangelio tiene que ser predicado… es por el oír (Romanos 10.17 “Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios”). Si nosotros no llevamos el mensaje… quién lo hará? Quién tiene mayor potestad para decir lo que Dios ha hecho, que nosotros mismos que lo estamos viviendo?
Es preciso decir que el evangelio es una medicina y médico que lo cura todo… hasta el alma. Y no es necesario tener seguro médico, ni te rechaza por difícil que parezca la enfermedad.
Hay que decir que el evangelio es un banquete para el hambriento (Isaías 25.6 “Y Jehová de los ejércitos hará en este monte a todos los pueblos banquete de manjares suculentos…)
Ser portador del evangelio de Cristo, es haber recibido gran victoria, sobre el pecado, sobre Satanás y la muerte; la cual ya fue conquistada por Jesús en la cruz del calvario. Es llevar un mensaje de paz por medio de la sangre de Cristo.
Efesios 1.13 nos señala que habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de salvación, y habiendo creído en él, somos sellados con el Espíritu Santo de la promesa”
Es de último minuto hablarle a las personas de que el despreciar el evangelio es despreciar el único medio de salvación que existe… es poner en juego la eternidad.
En resumen, qué podemos decir sobre el evangelio a aquellos que aún no conocen al Señor?
Que:
- Es el mensaje de Dios que nos cuenta sobre quién es, sobre su carácter, y qué espera de nosotros.
- Es la palabra que nos enseña sobre pecado; y nos enseña la manera de cómo reconciliarnos con Dios. Nos hace reconocer que el pecado no es un tema social, sino relacionado directamente con Dios. Porque solamente cuando comparamos el hecho con lo que Dios espera, es cuando nos damos cuenta que hemos quebrantado su ley. Social y relativamente el pecado no es de tanta importancia, pero no así para Dios. Revisar entre lo que dice Dios y nuestros pecados es tener la oportunidad de reconocer, y humillarnos. Es darnos cuenta que hemos despreciado su autoridad y haber echado por tierra el sacrificio tan grande de Jesús en la cruz… Pero nos da la oportunidad de enmendar.
- Cristo es el Salvador, el único; que es el fuerte en batallas, el poderoso, el único rey de reyes y señor de señores. Que fue el único levantado de entre los muertos, y que está dispuesto a salvar por la eternidad a los que en Él creen. (Marcos 16.16)
- Decirle a aquellos que se están perdiendo, que es tiempo de que tomen del pan y del agua de vida…gratuitamente. (Apoc. 22.17), y de que todos los que Crean en Jesús recibirán perdón de pecados por su nombre. (Hechos 10.43)
No nos podemos seguir callando, hay que cumplir con la encomienda que hemos recibido del mismo Jesús de id y predicad el evangelio a toda criatura (Mateo 28.19).
No seamos egoístas, no dejemos pasar a:
El amigo, el familiar, el vecino, el compañero de trabajo o estudio, ese vendedor por las calles; el del colmado, del supermercado…no lo dejemos sin esa palabra que ya Dios ha dado a ti y a mí; y ahora tenemos que seguirla esparciendo.
Si sentimos temor para hacerlo, pidamos a Dios que lo quite… Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio (2 Timoteo 1.7)
Qué hermoso será ver en aquel día, frente al tribunal de Cristo, a esos a quienes hoy nosotros le estamos compartiendo el evangelio de salvación…. Entrar juntos con nosotros a la patria celestial!!!
Somos enviados para anunciar el evangelio de salvación a toda criatura…Evangelio que es un informe que llega desde el mismo cielo. No nos callemos. Cristo viene ya. El tiempo es corto, y la mies es mucha. Obrero, a tu trabajo!
Dios te bendiga
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