Motivada en el libro que escribiera el apóstol Pablo a los santos y fieles en Cristo de Éfeso, quiero hacerte llegar un resumen -con comentarios de nuestra parte- de la Epístola a los Efesios.
Te invito a que lo recibas como palabra viva y vigente hoy (Mateo 24:35 "El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán"), y que medites en cada uno de los párrafos.
Por esta ocasión hablaremos sobre lo que nos presenta la Biblia desde el capítulo 1 hasta el capítulo 5 verso 20.
Pablo inicia su carta a los cristianos de Éfeso, deseándoles gracia y paz, e informándoles que desde que se enteró de la fe que tienen en Jesús y del amor que demuestran, no deja de dar gracias y recordarlos en sus oraciones. Excelente recomendación para todos nosotros…Orar por cada hermano en Cristo.
Veamos algunas cosas que Pablo, con esta carta, les recuerda a los cristianos de Éfeso:
Dios…1. Debe ser alabado, porque Él bendice con toda bendición espiritual en Cristo.2. Fue quien nos escogió para ser santos y sin mancha delante de él.3. En amor nos predestinó para ser adoptados como hijos suyos por medio de Jesucristo.4. Nos ofrece redención y acercamiento a Él, mediante la sangre de Cristo5. Perdona nuestros pecados.6. Es rico en misericordia7. Nos salva por su gracia, y mediante la fe, lo cual es un regalo.8. No nos salva por obras, a fin de que nadie se tome la gloria que solo le pertenece a Él.9. Da abundancia con sabiduría y entendimiento.10. Nos hizo conocer el misterio de su voluntad, para llevarlo a cabo cuando se cumpliera el tiempo.11. Juntamente con Cristo también nos hizo herederos12. Nos resucitará en aquel día, y nos sentará con Cristo en las regiones celestiales13. Nos ha marcado con el sello del Espíritu Santo, toda vez que hayamos escuchado y creído el mensaje de la verdad, (esto es el evangelio de salvación).14. Sometió todas las cosas al dominio de Cristo, y lo dio como cabeza de todo a la iglesia, como piedra angular.15. Nos hizo a hechura suya.
Pablo menciona que separados de Cristo somos muertos en transgresiones y pecados, así como intrusos a los pactos de las promesas celestiales (no nos aplican), y que andando conforme al gobierno de las tinieblas, ese que ejerce su poder sobre los desobedientes, es que nos viene la ira de Dios.
Habla de los gentiles de nacimiento «los incircuncisos», y de los «de la circuncisión»; y aclara que ahora Cristo es nuestra paz, y que de los dos pueblos ha hecho uno; beneficiarios de la misma herencia, mediante haber derribado –por su sacrificio- el muro que nos separaba, y haberse anulado la ley con sus mandamientos y requisitos. Habiendo hecho la reconciliación en un solo cuerpo mediante la cruz.
Con gozo anuncia que por medio de Cristo tenemos acceso al Padre por un mismo Espíritu. Ninguno es extraño ni extranjero, sino miembros de la familia de Dios.
Pablo nos habla de que aunque era un ser insignificante recibió la gracia de predicar a las naciones las riquezas de Cristo, así como el hacer entender la realización del plan de Dios. Él se arrodilla delante del Padre para que por fe Cristo habite en los corazones, para que cimentados en ese amor se comprenda cuán ancho, largo, alto y profundo es el amor de Cristo…amor que sobrepasa todo conocimiento.
Preso por la causa del Señor, ruega vivir de manera digna del llamamiento recibido; exhorta a la humildad, amabilidad, paciencia, tolerancia y amor. Recuerda que hay un solo cuerpo y un solo Espíritu, una sola esperanza; un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo; un solo Dios y Padre de todos.
En otro aspecto, Pablo nos recuerda que contamos con gracia o dones (5) que Cristo nos ha repartido. Él mismo constituyó apóstoles, profetas, evangelistas, pastores y maestros, con la finalidad de capacitar al pueblo de Dios para la obra, y para edificar el cuerpo de Cristo. Esto así para que ya no seamos niños, movidos como olas del mar, ni enredados con artimañas engañosas.
Vivir como hijos de luz... Que no haya pensamientos frívolos, ignorancia, ni dureza de corazón. No vivir alejados de la vida que proviene de Dios.
Atención a aquellos que han perdido la vergüenza, se han entregado a la inmoralidad; y no se sacian de cometer toda clase de actos deshonestos. Es necesario quitarse el ropaje de la vieja naturaleza…eliminar los deseos engañosos. Renovar las mentes; comenzar a vivir una nueva naturaleza, creada a imagen de Dios, en verdadera justicia y santidad.
Dejemos la mentira. No es pecado airarnos…abandonemos toda amargura, enojo, gritos, calumnias, y malicia…no dejemos que el sol se ponga sobre nuestro enojo… no demos cabida al diablo.
El que robaba…no robe más…trabaje. Evite conversación obscena…que las palabras contribuyan a la edificación y sean de bendición a quienes escuchan. No deshonrar el Espíritu Santo de Dios, con el cual somos sellados. Más bien, ser bondadosos y compasivos, y perdonémonos, así como Dios perdonó en Cristo.
No mencionar inmoralidad sexual, ni impureza o avaricia, porque eso no es propio de un pueblo de Dios. Que no haya palabras indecentes, conversaciones necias ni chistes groseros (lo cual está fuera de lugar); haya más bien acción de gracias.
Nadie que sea avaro (idólatra), inmoral o impuro tendrá herencia en el reino de Cristo y de Dios. Que nadie te engañe con argumentaciones vanas, porque por esto viene el castigo de Dios sobre los que viven en desobediencia. No seamos cómplices de éstos. Vivamos como hijos de luz…comprobando a cada instante lo que agrada al Señor.
Tú que duermes…es hora de despertare, de levantarte de entre los muertos, y te alumbrará Cristo!
Mucho cuidado con tu manera de vivir. No seas necio…sé sabio. Aprovecha al máximo cada momento...los días son malos. No seas insensato…sé entendido de cuál es la voluntad del Señor!
No te emborraches con vino...te lleva al desenfreno. Canten y alaben al Señor con el corazón.
Demos gracias a Dios por todo, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo!
Wilda Messina
12 Nov. 2012
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