lunes, 24 de septiembre de 2012

Mi Conversión a Cristo ...Wilda 7 Oct. 2007

5 de mis hermanas han seguido al Señor por más de 20 años. Mi padre también lo fue (partió de esta vida terrenal desde 1992) y mi madre también le sirve a Dios.  Yo, para ese entonces tenía 42 años.

Fueron muchos los años en que mi padre, mi madre y mis hermanas me hablaban de las grandes cosas que Dios hace en la vida de los que le buscan, pero yo no hacía caso a sus palabras, que en a...
quellos momentos, no les veía sentido para mí.

Recuerdo que, cuando era una niña y mi padre me llevaba a la iglesia, me sentaba en uno de los últimos asientos y desde que el culto comenzaba yo me iba para la calle –sin que mis padres se dieran cuenta-.

Ya de adulta, en el 2002, luego de comprar un apartamento, se hizo una reunión de familia, y mis hermanas cristianas -muy sabiamente- decidieron hacer un culto, donde se pudo sentir algo muy especial en la vida de los que ahí nos encontrábamos; especialmente en mí; pues al finalizar dicho culto no podía contener mis lágrimas y sentía que había algo muy fuerte que estaba moviéndose en mi vida, aunque luego que pasó, yo creí que todo volvió a ser como antes.

Mis hermanas me decían que había una promesa que Dios iba a cumplir en mi vida, aunque yo le huyera… a lo cual yo le respondía…ah ustedes y sus tonterías.

Me decían que oraban constantemente porque sabían que Dios me estaba llamando, y que yo me resistía a escucharlo.

En ese mismo 2002, yo comencé a sentir unos dolores pélvicos y de espalda bien fuertes, que me detenían ante cualquier cosa que estuviera haciendo. Ya para el 2006 comienzo con unos sangrados frecuentes y dolores cada vez más agudos, por lo cual el doctor me había indicado unos medicamentos, los que al cabo de unos meses, ya no surgían efectos. Por lo tanto la decisión era una cirugía, ya que tenía unos miomas y quistes.

Como una cirugía era la opción, pensé hacerme un tres por uno: Abdominoplastía, liposucción y la extracción de los miomas y quistes….Ya que quitarme unas libritas de más y mejorar mi cuerpo, “no me caería nada mal”. Para agosto 31 del 2006 me ponen la fecha de cirugía.

Cuando estoy en sala de espera de la clínica, con la finalidad de hacerme los chequeos cardiológicos…Vuelve el llamado de Dios…Viene una joven y se sienta a mi lado, comenzamos a conversar y ella me dice: Que te vas a hacer tú? Le comenté lo que me haría.

Ella me mira y me dice: Es que tú no sabes que Dios te ama como tú eres…e inmediatamente se para y se va de mi lado. No había transcurrido 5 minutos cuando viene un caballero y se sienta en esa misma silla y me comienza a hablar. También me pregunta que me haría y vuelvo y le respondo. Él me dice Dios no quiere que tú te hagas eso, el te quiere así como estás, no tienes que exponer tu vida. Él te hizo como él quiere que tú seas, no hagas eso.

Luego de esas palabras, me paré y me fui al baño; y allí permanecí llorando un largo rato…Sentía que algo muy grande estaba pasando en mi vida. Cuando salgo sigo conversando con esa persona, quien resultó conocer a una de mis hermanas y pertenecía a la misma Iglesia de ella. Pido que Dios le bendiga, así como a la primera joven que se sentó a mi lado, donde quiera que estén, ya que fueron instrumentos maravillosos para la salvación de mi vida!.

Cuando me autorizan las operaciones, salgo de ese lugar totalmente convencida de que no me operaría por fines estéticos, sino por lo relativo a la salud.

Jueves 31 de agosto, 2 PM, me entraron al quirófano. Viernes 1ero. septiembre me quitaron sonda y suero…para comenzar una nueva historia...

Esa noche comencé con unos dolores terribles. Me dijeron que era debido a que fue una cirugía muy difícil ya que me habían extirpado el útero, debido a que estaba recubierto de miomas por dentro y por fuera.. Aguanté mis dolores y me hice la fuerte.

Sábado 2…siguen los dolores y me indicaron unos analgésicos y me dieron de alta. Llegué a mi casa que no sabía cómo subir las escaleras; pues no podía ni mover las piernas.

Domingo 3, en la mañana me llevan a emergencia, por el mismo dolor, y el médico de turno me dijo que ese tipo de cirugía era muy fuerte y que a eso se debían los dolores. Me indicaron inyecciones para el dolor y me mandaron de nuevo a mi casa. A pesar de haberle comentado que desde que me operaron el jueves, yo no había podido orinar y que solo lo había hecho mientras tuve la sonda. Yo me decía, pero qué tan fuerte puede ser una cirugía así, pues no es la primera que me hacen, ya que había tenido 4 cirugías antes, y nunca había sufrido de esa manera.

Esa tarde en mi habitación, desconcertada y molida por el dolor- le dije a Dios: Has conmigo lo que quieras, llévame porque ya no aguanto más. Has lo que tú quieras, yo me entrego en tus manos! Lloré de una forma como nunca había llorado en mi vida. .

Al rato le digo a mi hermana, que necesitaba ir de emergencia a otra clínica, porque ya no podía seguir sufriendo mas, y que no quería volver a ese lugar a que me dejaran morir. Así lo hicieron y cuando llegué, sin poder casi moverme y desesperada, que los doctores de emergencia vieron el cuadro que presentaba, llamaron un grupo de médicos, los cuales me hicieron muchos estudios y evaluaciones. En uno de esos estudios vieron que mi vejiga estaba casi al reventar, por lo cual me pusieron una sonda de inmediato.

Los doctores se miraban unos a otro ya que lo que salió por la sonda era casi negro…Una doctora al ver eso, comentó que yo estaba a punto de una septicemia, y que Dios me había protegido!

Me ingresaron, y luego de un rato me volvieron a quitar la sonda, y volvimos a la misma situación…sin orinar y con dolores fuertes. Para orinar había que sondearme, lo cual estaba provocando otras molestias adicionales.

Entre estudios y estudios vieron que había un atrofiamiento en el uréter derecho y que era preciso llevarme a cirugía para adaptar un catéter; volví a orinar, pero por esa vía. El catéter fue colocado para que permaneciera por tres meses aproximadamente, hasta que se arreglara el uréter.

Me voy muy bien a casa, sin dolores y con mi catéter incrustado. El doctor me dio un seguimiento bien de cerca, a fin de evitar complicaciones ya que existía un cuerpo extraño dentro de mí.

Al mes, en uno de los chequeos, dijo el doctor que había problemas, que mi riñón derecho estaba presentando complicaciones, ya que el catéter estaba calcificándose, por lo cual había que retirarlo inmediatamente. Y me comentó que de no poder retirar el catéter, había que volver a cirugía, Dios permitió que si saliera fácil, y en el mismo consultorio. Luego había que esperar si iba a poder orinar o no; de no hacerlo, había que volver a operar. Dios permitió que pudiera orinar por mi misma!

Luego de toda esta historia, y que todo estaba funcionando muy bien….adivinen qué…me volví a olvidar que Dios es el camino, y volví a vivir mi vida, como si nada hubiera pasado.

Agosto 2007…Comienza una nueva historia

Comencé a sentir unos dolores que con dificultad me permitían realizar mis actividades físicas y fisiológicas Comencé de nuevo de médico en médico, cada vez que iba a uno contaba la larga historia de lo que había pasado en el 2006. Luego de varias evaluaciones médicas me dijeron que había que hacer una cirugía, ya que había adherencias extremas.

Durante el tiempo transcurrido, hubo ocasiones que unos vecinos me invitaron a su iglesia y asistí -por complacerles- dos o tres veces…pero escondiéndome de Dios…

Y el 7 de octubre del 2007, Dios los usó y me hacen de nuevo la invitación, a la cual accedí una vez más por no dejar…

Llegando a aquel lugar, aún sin haber entrado al templo, comencé a llorar. Al finalizar el culto -cuando hicieron el llamado- pasé llorando al altar y finalmente y ante Dios y los hombres entregué mi vida a Jesucristo!

La nueva cirugía estaba programada para el 9 de octubre. En la iglesia oraron por mí y yo le dije a Dios que si era su voluntad, se haría la cirugía, pero que le pedía no me dejara sola y que tomara el control de todo.

El 9 fue la cirugía. Me comentó el doctor, que no tenía idea de cómo yo me movilizaba, pues lo que él encontró no sabía ni cómo iba a comenzar a trabajar. Me dijo que mis órganos estaban tan unidos, que internamente yo era una tela de araña. Y que le resulto bien difícil trabajar conmigo. Pero Dios estuvo en todo momento y todo salió bien!

El Señor, cada día me da las fuerzas para seguir afianzando mi vida espiritual, y de lleno caminar en los caminos de Cristo!

Toda gloria y toda honra, la reciba mi Señor, quien me amó primero, y nunca me abandonó, aún a pesar de toda mi rebeldía, y de esconderme por tantos años de su presencia.

Para finalizar y dar inicio a mi nueva vida, Dios selló mi encuentro con él, de la siguiente manera:

Isaías 54:6-8: Porque como a mujer abandonada y triste de espíritu te llamó Jehová, y como a la esposa de la juventud que es repudiada, dijo el Dios tuyo. Por un breve momento te abandoné, pero te recogeré con grandes misericordias. Con un poco de ira escondí mi rostro de ti por un momento; pero con misericordia eterna tendré compasión de ti, dijo Jehová tu Redentor.

Que este testimonio sea de bendición para tu vida. No te sigas desviando del camino de Dios. Porque, como dice Juan 3:16 de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna!!!.

Jesús te ama y te espera con sus brazos abiertos...

Yo voy a cumplir 5 años de vida renovada y feliz en Cristo. Te invito a conocer a ese gran amigo!

Wilda Messina V.  Sept. 22, 2012       
                                                
 


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