Romanos 5.1,2,8,11 “Justificados por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo; por quien, también, tenemos entrada por la fe a esta gracia en la cual estamos firmes, y nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios. Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que, siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros. Y no solo esto, también nos gloriamos en Dios por el Señor nuestro Jesucristo, por quien hemos recibido ahora la reconciliación”. Amén.
¿Qué te
da paz? Mayoría de personas diría que depende
de circunstancias, tales como una relación sólida con el cónyuge, un
trabajo bien remunerado, tener buena salud, etc.
Pero
¿qué pasa cuando todo eso se desmorona? Es bueno saber que paz arraigada en buenas
situaciones no es verdadera paz.
Cristo
es el único que ofrece paz profunda, duradera e inquebrantable. Por lo que no experimentaremos esa genuina sensación de
calma, a menos que estemos viviendo en Su voluntad.
Cuando
el Espíritu Santo vive en nosotros, habrá confianza y serenidad, pero eso solo ocurre al tener una relación con El
Salvador. Es necesario aceptar el
sacrificio que Cristo hizo en nuestro lugar.
Si todavía
no has reconocido, ni aceptado, que Cristo hizo una gran tarea a tu favor, ahora es momento adecuado. Y aprenderás a ver que la paz
no depende de las circunstancias, sino que es tuya, al rendirte al Señor Jesús.
Feliz día.
¡Y que Dios te bendiga!
Evangelista Wilda Messina
(Referencia: En.Contacto)
No hay comentarios:
Publicar un comentario