Tu palabra sabia de hoy
22.11.2020
Salmos 42.2-4 “Mi alma tiene sed de Dios, del Dios vivo; ¿Cuándo vendré, y me presentaré delante de Dios? Fueron mis lágrimas mi pan de día y de noche, mientras me dicen todos los días: ¿Dónde está tu Dios? Me acuerdo de estas cosas, y derramo mi alma dentro de mí; de cómo yo fui con la multitud, y la conduje hasta la casa de Dios, entre voces de alegría y de alabanza del pueblo en fiesta”.
A menudo elegimos lo más cómodo por encima de invertir en una relación. Lo más triste es que se puede hacer lo mismo con Dios. Aunque no sea eso lo que se quiera hacer.
La práctica bíblica del ayuno es un medio que nos enfoca en el Señor y en lo que es importante para Él. Es una oportunidad para dejar de lado otras cosas, buscar su rostro y escuchar su voz.
El ayuno es un tiempo de preparación para fijar nuestra atención en los propósitos y voluntad del Padre celestial.
A algunas personas se les hace difícil ayunar. No saben cómo empezar o cuándo encontrar el tiempo para hacerlo. Pero si vemos el ayuno por lo que es, es decir, algo que agudiza nuestra visión espiritual, intensifica nuestro deseo de Dios, y nos lleva a comprender su dirección, entonces querremos practicarlo.
¿Has estado clamando al Padre por más de Él? ¿Necesitas conocer la voluntad de Dios en cuanto a un área particular de tu vida? El ayuno bíblico puede ayudarte a llevar tu situación a los oídos del Señor y a poder escuchar mejor sus planes para ti. ¿Por qué no lo intentas de nuevo?
¡Feliz domingo, y que Dios te bendiga!
Evangelista Wilda Messina
(Referencia: En.Contacto)
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