Tu palabra sabia de hoy
Martes 21.7.20
Juan 8.2-5 “Y por la mañana volvió al templo, y todo el pueblo vino a
él; y sentado él, les enseñaba. Entonces los escribas y los fariseos le trajeron
una mujer sorprendida en adulterio; y poniéndola en medio, le dijeron: Maestro,
esta mujer ha sido sorprendida en el acto mismo de adulterio. Y en la Ley nos
mandó Moisés apedrear a tales mujeres. Tú, pues, ¿qué dices?”
Nuevos lentes para
desglosar estos versículos...
Tempranito
Jesús enseñaba en el templo. Y los
hipócritas fariseos y escribas se acercaron
mostrando “su interés en la Ley”. --Si ese hubiera sido su interés,
no hubieran detenido las enseñanzas de Jesús.
Esos
hipócritas, solo buscaban como injuriar y destruir la imagen de Jesús,
ya que ellos estaban furiosos por todo lo que Jesús hacía,
y los seguidores que tenía. Esa gente “se llenó de odio”, y le
trajeron a la mujer misma desde el lugar de los hechos. --¡Cuán faltos de
misericordia! ¡Oh Señor, y pensar que aún hoy puede aparecer
gente así!
Como
habían fracasado en otros momentos para atrapar a Jesús,
no desmayaban; buscaban desacreditarlo delante del pueblo. Yo creo
que, por eso, es que le ponen a la mujer en medio. Solo querían hacer un
espectáculo público… y, de la Ley, ni indicios.
¡Cuánto
se habrán disfrutado ese momento esos malvados! Esa mujer no despertaba en
ellos ninguna compasión; solo veían una pecadora, sin valor alguno.
Eran
tan hipócritas, que imagino que, con carita de santos, es que le dicen a Jesús:
Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en adulterio, y en la Ley nos mandó
Moisés apedrearlas. Tú ¿qué dices? --Farsantes, lo que buscaban era
que Jesús fuera quien la juzgara, pese a que ellos tenían sus tribunales para
hacerlo.
Como
dicen por ahí: “eto tipo se guayaron”. Esperaban la sentencia condenatoria de
Jesús, pero se “les peló el billete”; “fueron por lana, y salieron
trasquilados” … salieron del lugar siendo acusados por sus propias
conciencias, ¡y la mujer perdonada! ¡El que último ríe, ríe
mejor! ¡Se de los que rían al final!
Cero
hipocresía. ¡Dios te bendiga!
Evangelista Wilda Messina
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